Tenemos por delante un nuevo fin de semana marcado por el confinamiento perimetral de gran cantidad de pueblos, ciudades y CCAA de enorme tradición cinegética, y la gran incertidumbre que nos deja el no saber que pasará a partir del día 9 de noviembre, fecha en la que nos dirán si nos siguen confinando ( posiblemente incluso a nivel domiciliario), o nos permiten mayor movilidad entre municipios, provincias y Comunidades Autónomas para poder llevar a cabo nuestras vidas, dentro de un orden, con la mayor normalidad posible.
De momento, lo cierto es que un buen número de organizaciones profesionales de caza, incluso de la propia Extremadura, se han visto obligadas a suspender sus monterías del 7 y 8 de noviembre por la limitación de movilidad que tienen los cazadores, siendo otro buen número de ellas las que mañana o pasado anunciarán la anulación de las jornadas del fin de semana por no poder completar los puestos suficientes para dar con garantías las manchas y no «güarrearlas».
Pero lo peor de todo es la incertidumbre que hay de cara al mes de noviembre y hasta el puente de la Inmaculada, donde todo apunta que habrá que seguir suspendiendo y anulando monterías porque la cosa pinta en bastos, ya que Gobierno y Administraciones autonómicas siguen apostando por el confinamiento, y las CCAA se siguen pensando si declarar o no la caza como ACTIVIDAD ESENCIAL.
Puede que el oxígeno nos llegue cuando ya estemos asfixiados, pero seguiremos luchando para que no sea así, y que esta pesadilla acabe cuanto antes.
De momento tendremos que esperar a ver que dicen el domingo 8.
