LA MONTERÍA ESPAÑOLA
El mundo de la Montería
La montería española es única en el mundo y forma parte de la cultura rural de España.
Se trata de la modalidad reina de la caza mayor en España. La montería española es una modalidad cinegética típica y exclusiva de la península Ibérica –la montería en Portugal es una derivación de la española–, que cuenta con más de ocho siglos de antigüedad. Su origen se remonta, concretamente, a zonas remotas de Andalucía y Extremadura.
Aunque como toda actividad ha ido cambiando y se ha ido modernizando, mantiene esa esencia de la caza antigua.
¿Que se caza en
Montería?
Cada año, al llegar octubre, se abre la veda general y comienzan las monterías que se sucederán hasta mediados del mes de febrero, aproximadamente.
Se trata de una forma única e inigualable de cazar ciervo, jabalí y, en ocasiones, muflón y gamo. Encuentra su seña de identidad en la participación indispensable de las rehalas, como elemento diferenciador.
LOS PROTAGONISTAS SIEMPRE HAN SIDO LOS PERROS
La montería consiste en cerrar una determinada extensión de terreno, generalmente de sierra y/o dehesa, con un número acorde de cazadores (monteros) colocados estratégicamente por los postores en lugares de paso y huidas naturales de los animales.
Posteriormente, se procede a soltar los perros (rehalas o recovas) de manera simultánea, con la finalidad de batir la mancha y levantar las reses de sus encames. Los monteros intentarán darles caza durante su huida.
Como modalidad de caza colectiva que es, su éxito depende del trabajo en equipo, empezando desde su preparación, organización y desarrollo hasta el punto final, que es la recogida y el análisis de las reses abatidas.
Intervienen en ello propietarios, guardas, organizadores, postores, cazadores, rehaleros, arrieros, veterinarios… La responsabilidad de coordinar a todos los participantes recae en la figura del capitán de montería.
Por ello, los resultados obtenidos en la jornada de caza deben siempre analizarse desde el punto de vista colectivo y no a nivel particular.
La montería habrá triunfado si se cumplen las expectativas que se tenían antes del ojeo y la jornada transcurre sin incidente, ¡la seguridad colectiva es primordial!
En montería, la ética, el respeto y el compañerismo deben ser las principales virtudes que tienen que demostrar todos los participantes, tanto dentro como fuera del monte.
"Montero hay que serlo, sentirlo y parecerlo"
-Emilio Jiménez-
“¡La Rehala, alma de la montería!”
Una rehala o recova es un conjunto de perros adiestrados para dar con las reses montunas, levantarlas de sus encames y conducirlas a los puestos, donde los monteros intentarán darle caza. Antiguamente se consideraba rehala a un conjunto de entre 15 y 20 perros, pero los cánones de la actualidad marcan que debe tener un mínimo de 20 y un máximo de 30-40, sin contar los cachorros.
Los canes, una vez soltados en el monte, son conducidos por su podenquero, que suele estar
acompañado por un auxiliar que le ayuda en las labores de monteo y recogida de perros una vez finalizada la batida.
Los perros tienen la misión de encontrar las piezas de caza y acosarlas para conducirlas a los puestos, latiendo en su recorrido para marcar el camino y así, el montero o cazador, espera preparado para el disparo.
En ocasiones el animal es apresado por los perros y el encargado de su remate es el podenquero o el montero más cercano al agarre, siempre a cuchillo y de forma rápida para evitar el sufrimiento del animal.
¿Cómo son los perros de
Rehala?
El perro de rehala viene condicionado por las características del terreno, las especies dominantes de la zona (ciervo o jabalí) y el propio gusto de los dueños.
Los perros de buena rehala deben cazar dispersos, abiertos, que se vean y escuchen sus ladras por todas partes. Que haya perros lejos, otros en la zona media y algunos más cerca del perrero, que no con él. El rehalero cazará despacio, permitiendo cazar a los perros y esperándoles después de las ladras para continuar batiendo el monte y no dejar atrás ninguna res.
Entre las cualidades que debe tener un perro de rehala destacamos cinco: afición por la caza, olfato, tesón, dicha en el ladrido y valentía.
Destacan, sin duda por tradición, las razas podenco, mastín, el cruce de podenco con mastín, y actualmente también sabuesos, grifones y los llamados perros de agarre, entre otros, alanos, dogos y sus cruces.
EL REHALERO O PODENQUERO
El rehalero es la persona que cuida y acompaña a los perros, siendo el factor principal de la calidad de una rehala. Es alguien que tiene afición, amor, vocación y pasión por los perros y por la caza mayor.
Cuando conduce a sus perros por el monte procura que sobresalgan sobre los demás, esperando la felicitación o la crítica, según el resultado del trabajo.
Entre su característico atuendo podemos encontrar zahones, polainas, cuchillo de remate y caracola para llamar a recogida a los perros. Por seguridad con los cazadores, su atuendo actual también incluye algún elemento que destaque visualmente entre el monte.
El trabuco, casi en desuso, se utilizaba para echar las reses hacia adelante, para animar la sierra y para forzar la huida de aquellos verracos que se hacían fuertes frente a los perros sin querer dejar el encame.
El perro de sangre
El perro de sangre ha ido cobrando cada vez más relevancia en la montería.
Fiel compañero, es aquel que se utiliza para el rastreo de piezas de caza mayor heridas.
El perro, al finalizar la montería por seguridad, nunca en el trascurso de la misma, llevará a su guía hasta la pieza buscada, muerta o viva, para recuperar su carne o trofeo o para su remate, evitando así el sufrimiento innecesario del animal.
La Asociación Española del Perro de Sangre (AEPES) se fundó para divulgar y promocionar el rastreo con ayuda de perros de piezas de caza mayor heridas, como contribución a una forma de entender la caza en la que se valoran los aspectos éticos y tradicionales de esta actividad.
Cazador, solicite cuando sea necesaria la ayuda de un perro de sangre. Este servicio es un acto altruista de respeto a la caza y, si le es posible, AEPES acudirá encantado.
En su web se dispone de un listado de conductores a los que poder llamar y que acudirán de forma desinteresada cuando les sea posible. ¡No dude en solicitar su ayuda!
Cualidades de un buen perro de sangre:
– Instinto.
– Buena nariz.
– Valentía.
– Resistencia física y psíquica.
– La capacidad de ladrar al encontrar al animal.
Razas aptas.
Hay un gran número de razas perfectamente aptas para este menester, incluso hay buenos perros de sangre mestizos o sin raza definida, generalmente en manos de guardas de caza.
En nuestras monterías es habitual ver el sabueso de sangre de Hannover, el sabueso de montaña de Baviera, el teckel, jagd terrier y, recientemente, Jack Russell terrier.