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Conceden el permiso para batidas de jabalíes en el aeropuerto, ya que llevan un tiempo causando estropicios por la zona. Por lo que se controlará la población de estos animales con batidas hasta regular la población. 

El aeropuerto de Foronda ha asistido estos días a una situación atípica pero no del todo inusual. Una batida de caza para abatir a varios jabalíes que, desde hace un tiempo, deambulaban por los alrededores de la terminal vitoriana, dentro del perímetro vallado. El pasado jueves cazaron a, al menos, uno de los jabalíes.

Desde Aena confirman que, a través del Servicio de Control de Fauna, se realizó dicha batida «para evitar la presencia de jabalíes». Y señalan que son actuaciones que se realizan «excepcionalmente, y de conformidad con los protocolos acordados con la Administración, bajo el estricto cumplimiento del marco normativo de aplicación». Es decir, que cuentan con «la preceptiva autorización de las autoridades ambientales del entorno».

Además, por ahora, aseguran que Foronda «no tiene previsto» realizar nuevas batidas próximamente. «Se trata de una medida excepcional«, recalcan, enmarcada dentro de las numerosas actuaciones que el aeropuerto realiza para «compatibilizar la seguridad operacional con el máximo respeto al entorno natural en el que se localiza». Entre ellas, la recogida a través de jaulas de animales que acceden al recinto, las cámaras de foto-trampeo, la eliminación de siembra dentro del aeropuerto o el control de la cubierta vegetal.

Las batidas no interfieren con el transporte de pasajeros o mercancías, pero sí con la aviación deportiva.

Pero, pese a ser algo excepcional, no es la primera vez que esto ocurre. A lo largo de los últimos años, el aeropuerto ha obtenido permiso de Diputación para realizar varias batidas. Y en 2020 se instaló una malla electrosoldada para reforzar la protección y evitar la incursión de jabalíes, corzos o zorros que puedan poner en riesgo la seguridad de los vuelos.

Sin embargo, algunos se siguen colando. «Hacen agujeros por debajo de la malla o, si hay alguna zona más oxidada por las lluvias, la aprovechan y se mete fauna diversa», reconoce Eduardo Zapatería, presidente del Aeroclub de Vitoria Heraclio Alfaro. Los conejos también suelen ser habituales, «pero no nos preocupan tanto como la afección que puedan causar otros animales como los jabalíes», indica.

Transporte de pasajeros y mercancías.

La batida que ha organizado el aeropuerto de Foronda consta de cinco cazadores con licencia, que realizan la labor de forma voluntaria. Una actuación que, por lo general, suele desarrollarse cuando no hay vuelos programados. Por ello, su tarea no interfiere con la aviación comercial, más activa de noche, ni tampoco con el transporte de pasajeros. «Los aviones aterrizan con normalidad. Si estuviera prevista la llegada de un vuelo, se avisa a los cazadores para que paren», explica Zapatería.

En cambio, la aviación deportiva como la del Aeroclub sí resulta afectada. Hace unos días, Foronda publicó un NOTAM, un aviso a navegantes para pilotos y aeronaves, donde informaba de las restricciones a adoptar el día de la batida. «Podemos volar pero, mientras dura la batida, recomiendan que limitemos las tomas y despegues. Es que, durante una clase de una hora, igual podemos hacer más de seis tomas y despegues», reconoce Zapatería. Además, solo pueden volar las aeronaves con base en Vitoria. «La aviación deportiva de otras ciudades, en esos momentos, no podría», indica el responsabel del Aeroclub.

Foronda cuenta con halconeros para ahuyentar a buitres, gaviotas y demás aves que pongan en riesgo los vuelos.

Nadie sabe a ciencia cierta cuánto tiempo llevaban los jabalíes residiendo en las instalaciones del aeropuerto de Foronda. «Hace varios años de la última batida, y luego se colocó la malla, quizá desde entonces», elucubra Zapatería. Por lo general, suelen ser los propios pilotos quienes dan la voz de alarma cuando detectan algo inusual. «Al aterrizar, si vemos algo en la pista, lo reportamos a los controladores, que hacen un parte de lo ocurrido», detalla. Un protocolo que, en esta ocasión, ha permitido constatar la presencia de estos jabalíes.

Lo mismo ocurre con las gaviotas, «bastante numerosas», o la presencia esporádica de buitres. Para evitar estos posibles peligros aéreos, el aeropuerto de Foronda cuenta también con un servicio de halconeros que ahuyentan a estas aves. «Porque si ya en tierra los animales pueden ser peligrosos al sacar el tren de aterrizaje, en el aire, en pleno vuelo, ni te cuento», constata Zapatería.

16 jabalíes cazados en Vitoria.

La presencia de jabalíes en los alrededores de Vitoria-Gasteiz se ha vuelto muy frecuente en los últimos años. Salburua, Zabalgana, Goikolarra e incluso Abetxuko han sido testigos de los paseos de estos animales. Tanto es así que, para el pasado marzo, y durante los seis meses anteriores, Vitoria-Gasteiz ya había cazado 16 jabalíes con arma de fuego en el entorno de Salburua. Además de otros dos con arco.

Entonces, desde el Ayuntamiento vitoriano aseguraron que la caza con armas de fuego es la más adecuada para «controlar la población de jabalíes». «Hay que poner un coto a su expansión, porque se nos va de las manos», denunció el concejal César Fernández de Landa. «Es una especie que duplica su población cada año», añadió. Su expansión tan rápida se ve favorecida por la falta de depredadores para los jabalíes.

Fuente: Gasteizhoy