Las intensas nevadas registradas en la comunidad durante la pasada semana, no conocidas por muchas de las personas más mayores de la región en más de 70 años, han traído la muerte y la desolación a los montes regionales, en cuanto a la caza mayor se refiere. Aunque aún es pronto para conocer a ciencia cierta los animales que han podido sucumbir bajo las toneladas de nieve que han caído en las provincias de, León, Palencia, Burgos, Soria, o en el norte de Zamora, lugares estos que han sufridos las mayores nevadas en años, todo hace suponer que serán varios miles de reses de caza mayor -también de ganado doméstico- las que irán apareciendo poco a poco, una vez que el deshielo se vaya produciendo.
Los servicios de la Junta de Castilla y León tienen datos sobre cómo afectaron a la fauna salvaje las nevadas caídas en el invierno 2008- 2009 en la provincia de León. Ese año, sin ser tan crudo como este, sí originó multitud de bajas entre los animales salvajes, unas bajas de las que sí hay datos, pero solamente en la provincia de León. Este año ante la extensión de las nevadas la Junta tiene trabajo por delante para tratar de realizar estos censos de mortandad, en cuanto se pueda, y en las provincias más afectadas, unos datos que, a buen seguro, se va a disparar muy notablemente sobre los datos que se tenían del año 2009.
"En esta ocasión habrá que esperar varios días hasta que la nieve se deshaga y podamos acceder a muchos lugares de la Comunidad, hoy impracticables aún, y en los que a ciencia cierta van a aparecer animales muertos como consecuencia de las fuertes nevadas, del frío y también de hambre que han soportado las reses, ya que no habrán podido encontrar comida en muchos puntos al haber quedado aislados y sin protección." señalaron a EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN, desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
En cualquier caso -prosigue la misma fuente-, "nuestro personal está priorizando sus labores en ayudar a las personas, pero ya han comenzado también a encontrar cadáveres de varias especies, como ciervos y corzos, y estamos seguros que también aparecerán, jabalíes, e incluso, y a pesar de estar mejor adaptadas, alguna cabra montes o rebecos, como ya sucedió en 2009."
Algunos animales han encontrado la salvación junto a regatos y ríos y ahí, en sus márgenes y riberas, han podido ir encontrando su pequeño aporte de vitaminas, pero otros muchos, también, por supuesto, ganado domestico que no se pudo acceder a ellos, quedaron aislados en la nieve y será muy difícil que hayan sobrevivido, ni a las inclemencias, ni a sus depredadores naturales, sobre todo a lobos, zorros y perros asilvestrados, que habrán causado también un buen número de bajas al encontrarse con muchas de sus presas habituales mermadas en sus defensas.
El mismo panorama ha sucedido en comunidades vecinas, como en Cantabria, Asturias o Navarra, donde de llegó a cerrar la caza por causa de la nieve el fin de semana pasado y donde han sido los propios cazadores quienes, animados por sus federaciones, se han encargado de ir a llevar comida a los animales por sus propios medios.
DATOS DE UN CRUDO INVIERNO DE 2009
Solamente en las Reservas Regionales de Caza de la provincia de León fueron encontrados muertos en el invierno de 2009, 942 ejemplares de caza mayor. De ellas, fue en la Reserva Regional de Riaño donde más animales murieron, con 701 reses encontradas en total. Fueron 468 ciervos, 136 corzos, 16 cabras monteses, 49 rebecos y 32 jabalís los que allí murieron bajo la nieve. En la Reserva de Manpodre se encontraron 172 animales muertos tras las nevadas; 77 corzos, 73 ciervos, 16 rebecos 2 jabalís y 1 cabra. Entretanto en Ancares fueron 68 los animales encontrados; 56 corzos 5 jabalís, 4 ciervos y 3 rebecos.
Fuente: Cuaderno de Caza.
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