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Tres grados bajo cero marcaba el termómetro en la mañana del 17 de Enero en las proximidades a Valencia de Alcántara, donde me dirigía de nuevo a compartir una jornada con Borja Galavís y Vegas del Sever.

Al llegar saludos con los compañeros y reencuentros con caras conocidas mientras degustábamos un exquisito desayuno de la mano de Isabel Catering.

Llegado el momento, comienza el sorteo de los 40 puestos con una solicitud de prudencia, para que no se repitan accidentes como los ocurridos en las jornadas anteriores en otros puntos del país.

El bombo, vuelta que te vuelta y mi bola que no sale. Así, parten los cierres, ya solo quedan traviesas, y como no, en suertes el cuatro de la traviesa de la Cresta. De postor Pedro.

No tardamos demasiado en partir hacia Las Terrías de Arriba. Las esperanzas eran muchas, dado que se había comprobado mucha pista de marranos en la zona a cazar, según me comentaba el postor camino al cazadero.

Bajándonos de los vehículos, ya se podía escuchar algún disparo lejano, lo que indicaba, que las reses andaban inquietas y ya alguno había tenido la oportunidad de jugar lance.

Tras llegar al puesto acomodé la silla y cargué rápidamente porque el primer puesto de mi armada comenzaba a disparar. La cosa se animaba. Tras la suelta, más de lo mismo, disparos a rachas, silencio, ladra, lance, silencio, ladra, lance, un ir y venir que se prolongó durante toda la montería.

Lo primero en aparecer por allí fue una zorra, que me pilló desprevenido. Posteriormente una cierva, que no entraba en mi juego, y acto seguido dos venados sobre los que jugó lance mi vecino del 3. Poco más tarde lo hacía el dos y el uno, y el uno y el dos, aquellos no paraban. Ya mediada la montería se aproximaban las rehalas de Sevina, que vorazmente arrancaban un cochino de su encame y me lo metían literalmente encima, quedando allí tumbado tras saludarlo efusivamente con mi rifle.

 Hubo mucha caza y muchos lances, concretamente mi vecino del 3 jugó 4 lances distintos, sin éxito alguno, al igual que su vecino del 2, quien jugó 4 lances también y desafortunados todos. Más diestro anduvo D. Vicente Bote, quien con mano diestra jugó 4 lances, quedándose con un doblete de venados, una cochina enorme, y tristemente un marrano de considerable tamaño que se le levantó después de haberle pegado.También muy afortunado fue D. Emilio Ortiz, quien en el tres de la traviesa de la Charca consiguió hacerse con una preciosa collera de venados y una cochina, y además, dejó herido un jabalí también de buen tamaño, que no pudo cobrar.

Mojó también el amigo Sastre en el dos de la misma armada, cobrando un bonito venado, como también era bonito el venado abatido por el amigo David de la Peña, en el número uno. Afortunado como los anteriores fue Manuel Fernández Maza, quien se hizo con un doblete de cochinos y un venado de doce puntas, aunque el verdadero protagonista fue Jorge Lucas, quien con mano diestra, y tras tres disparos, consiguió quedarse con el cochino de la montería en el 4 de la traviesa de la Charca, además de rematar un venado pinchado. Jabalí, que a buen seguro pasa la plata.

En fin, tras una espléndida jornada de ladras y tiros, degustamos una magnífica comida escuchado los mejores lances, y así recibimos un plantel que tardó en llegar, un total de 23 venados, cinco de ellos de muy buen porte, y 19 jabalíes, con dos navajeros y el posible plata del amigo Jorge.

Carlos Casilda