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La federación regional cederá sus territorios para facilitar las acciones de reintroducción de esta especie protegida en los nuevos núcleos.

La suya es una historia que ha podido reconducirse hacia la esperanza. El lince ibérico (‘Lynx pardinus’) ha conseguido abandonar la situación crítica en la que entró en 2002 para adentrarse, en la actualidad, en una etapa que anima al optimismo. Hace tan solo dos décadas, la especie solo contaba con 94 ejemplares, que se concentraban en unas pocas hectáreas de Andalucía, y ahora ya supera la barrera del millar en España y Portugal, llegando a los 1.111 individuos entre adultos y cachorros. Aun así, continúa clasificado como especie en peligro de extinción en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Este salto cualitativo ha sido posible gracias a la movilización de las administraciones, ONG, sector cinegético y empresas privadas, que demostraron que la unión hace la fuerza. Apostaron por el proyecto Life para la conservación de este felino, mediante la cría en cautividad para su posterior suelta en el campo con la ilusión de que sobreviviesen y se multiplicasen. Hasta la fecha se han realizado, con éxito, tres convocatorias europeas: las colonias del lince están ya presentes, aparte de en sus localizaciones históricas de Huelva y Jaén, en Sevilla, Ciudad Real, Badajoz y Portugal. Cabe resaltar que en todos los nuevos núcleos han nacido nuevos animales y que la supervivencia alcanza de media el 70%.

Avance estratégico

La cuarta edición del proyecto ‘Life Lynxconnect’, bajo el título ‘Creación de una metapoblación de lince ibérico (‘Lynx pardinus’) genética y demográficamente funcional (2020-2025)’ y dotado con 18,7 millones de euros, ha puesto el acento en lograr que la población de lince ibérico sea autosostenible y genéticamente viable a largo plazo. Esta iniciativa transnacional, cofinanciada por la Unión Europea, está coordinada por la Junta de Andalucía y engloba a 21 instituciones públicas y entidades privadas de la Región de Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal.

‘Life Lynxconnect’ pretende conectar entre sí los seis núcleos existentes y crear dos más (uno de ellos en Lorca y otro en Granada), con el fin de conseguir una integración metapoblacional que permita garantizar el flujo de genes entre todas las poblaciones de lince ibérico y reducir el riesgo de extinción de esta especie. Otros objetivos de este plan es mejorar su estatus poblacional, combatir las amenazas que le afectan (los atropellos y el furtivismo), implantar medidas de conservación y de mejora del hábitat mediante herramientas de custodia del territorio y participación social, así como revisar la estrategia ibérica de conservación del lince.

La población del lince en la Península ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos 20 años: de 94 ejemplares en 2002 a los 1.111 actuales

El horizonte del proyecto vislumbra alcanzar en 2040 los 3.000 ejemplares en total, con 750 hembras reproductoras, teniendo en cuenta factores biológicos y legales. Si se cumpliera esta previsión, la especie pasaría a recibir la calificación de Estado de Conservación Favorable, otorgada por la Directiva Hábitats del Ministerio para la Transición Ecológica, que garantiza su viabilidad a largo plazo.

Un compromiso férreo

El sector cinegético, como agente esencial implicado, está mostrando su total apoyo por la conservación del lince ibérico en este proyecto europeo, tal y como ya venía sucediendo en las anteriores convocatorias. Está representado en el período 2020-2025 a través de la Fundación Artemisan, que coge el testigo de las otroras Federación Andaluza de Caza y Aproca, dado que en los cotos y fincas de titularidad privada se encuentran la mayor parte de las poblaciones y sobre las que se desarrollan buen número de los trabajos de reintroducción. Para muestra, la Federación de Caza de la Región de Murcia, como el resto a nivel nacional, se compromete a facilitar los territorios de su propiedad para que se lleven a cabo cualquiera de las actuaciones encaminadas a lograr esa misión.

La Fundación Artemisan se ha marcado una ambiciosa hoja de ruta que abarca acciones de comunicación, divulgación y sensibilización enfocadas a implicar a cazadores, propietarios y otros agentes cinegéticos en la conservación del felino y a poner en valor sus esfuerzos de cara a la sociedad. Este programa de futuro incluye jornadas formativas y colaborativas, organizadas en coordinación con el resto de miembros del proyecto, administraciones públicas y federaciones y asociaciones de caza, entre otros.

Fuente: La Verdad.