• "No se trata de acabar con la especie, sino de obtener un rendimiento cuando haya que eliminar ejemplares", dicen los promotores de la iniciativa.

La Nueva España.

León se plantea autorizar la subasta de cacerías de lobos en la reserva de Riaño, en la que se incluyen terrenos pertenecientes a la vertiente del parque nacional de los Picos de Europa de la provincia vecina. La propuesta fue planteada por el Ayuntamiento de Riaño en la última reunión del consejo consultivo de la reserva y cuenta con el visto bueno de otros municipios y pedanías. La Junta de Castilla y León ya permitirá esta temporada subastas para las cacerías de seis cánidos en la sierra de La Culebra (Zamora). Dos de ellas se realizarán en público y las otras cuatro mediante sistemas "on line".

Contrariamente a lo que sucede en Asturias, en León el lobo está considerado como especie cinegética.

"Nosotros no queremos abrir la veda del lobo ni acabar con la especie, pero sí que planteamos el tema de las subastas para obtener un rendimiento económico cuando sea necesario abatir algún ejemplar. Para que los mate la guardería, como hace ahora, mejor que los mate un cazador y que pague por ello". Así explicó ayer a LA NUEVA ESPAÑA Heriberto García, concejal independiente de Riaño, la propuesta que planteó el pasado lunes en la reunión de la junta consultiva de la reserva, recogiendo el sentir de los propietarios de terrenos afectados por esa figura.

A juicio de García, la subasta de cacerías de lobos podría suponer una fuente adicional de ingresos para los municipios y las juntas vecinales. "Los precios pueden superar ampliamente los 3.000 euros", asegura este concejal, que, por cierto, ni es cazador ni le gusta esa práctica. "Tengo que defender el interés de los vecinos: si las subastas se autorizan en Zamora también deberían de hacerse aquí", subraya.

Frente a este planteamiento, los responsables de la reserva dudan de que subastas como las que se van a hacer en Zamora puedan tener éxito en León. A su juicio, si abatir un lobo ya resulta complicado de por sí, hacerlo en un territorio como el de los Picos de Europa lo es aún más. "Poca gente estará dispuesta a andar detrás de un ejemplar quince días sin tener siquiera la seguridad de que podrá dispararle", aseguró un representante del coto de caza durante la reunión del pasado lunes.