- El Seprona y Affinity confirman la manipulación de las cifras animalistas sobre abandono de perros de caza
- La Federación vuelve a recordar que la mayoría de abandonos de perros coinciden con periodos vacacionales, siendo febrero cuando menos se producen
- Los ‘datos’ de los animalistas nunca han sido respaldados por ningún registro oficial
Madrid, 31 de enero de 2020
La Real Federación Española de Caza (RFEC) vuelve a recordar que los datos del Seprona y de la Fundación Affinity desmienten rotundamente las cifras ofrecidas por los entornos animalistas sobre abandono de galgos, claramente manipuladas para perjudicar a la actividad cinegética.
El Seprona de la Guardia Civil realiza la única estadística oficial sobre abandono de galgos y ha confirmado que en 2018 fueron 52, un número muy alejado de los 50.000 ejemplares que los animalistas pretenden hacer creer a la sociedad que son “abandonados por los cazadores cada año”, criminalizando así injustificadamente al colectivo cinegético.
Las cifras inventadas y repetidas por los colectivos anticaza nunca han sido confirmadas ni respaldadas por ningún registro oficial y de nuevo son desmontadas por el último informe del Seprona, el cual señala, así mismo, la disminución del número de abandonos de galgos con respecto al anterior.
Además, el informe de la Fundación Affinity 2019 ha puesto de manifiesto que los perros de caza son los menos abandonados (un 12,6%, frente a un 87,4% procedentes de entornos urbanos) y que, precisamente, el mes de febrero (coincidente con el fin de la temporada de caza) presenta uno de los menores porcentajes de abandonos del año (7,5%), siendo los meses con más abandonos enero, julio y agosto (coincidentes con periodos vacacionales).
Desde la RFEC condenamos firmemente el abandono de cualquier tipo de perros y pedimos a los cazadores que sigan colaborando y denunciando para erradicar esta práctica. Las Federaciones de Caza trabajamos para que esta cifra sea cero y lamentamos que los medios de comunicación se hagan eco de las falsas estadísticas de los grupos anticaza sin contrastar las informaciones.