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Los trabajadores del sector primario, agricultores y ganaderos, llevan meses protestando contra la escasa -por no decir nula- rentabilidad a la que parecen encaminarse, irremediablemente, sus explotaciones. Y ahora, en plena época de cosecha de cereales tan indispensables como el maíz, los daños de los jabalíes hacen directamente «insostenible» la situación.

Numerosas quejas en Asturias por los daños que causa el jabalí.

«Nos llegan quejas de todos los puntos de Asturias, respeto a daños muy importantes del jabalí, tanto en maíz como en pastos. Las explotaciones ya están pasando por momentos bastante complicados como para que lo único que tiene el ganadero para alimentar al ganado se ponga en riesgo por la plaga de jabalíes que sufrimos», sentencia Geli González, secretaria general de ASAJA Asturias. El sindicato, que asegura pedirá próximamente una reunión con la consejería de Medio Rural, «para aclarar algunas cuestiones sobre la nueva baremación de daños», insiste en que «los costes para sembrar fueron mas altos este año, debido a que los precios de las semillas y los fertilizantes se duplicaron». «La gente no quiere cobrar por los daños, quiere cosechar lo que sembró», clama González.

USAGA pide aguardos a la consejería.

Si bien los daños de los jabalíes a los cultivos son generales en la región -el jabalí es omnipresente-, en municipios como Navia, donde no está constituido coto de caza, la problemática se agudiza. «Ya en junio, desde USAGA, enviamos un escrito detallado a la consejería, con las fincas identificadas. Lo hicimos para pedir aguardos, cuando sembramos el maíz. Porque ya veíamos que aún recién nacido el cereal los jabalíes ya lo levantaban. Queríamos cacerías en durante los meses de julio y agosto para que llegada esta época de cosecha no tuviéramos tantos daños. Pero nosotros aquí no vimos a nadie. Y si vinieron, no hicieron mucho, a juzgar por la situación actual», asevera Verónica Llano, ganadera de la localidad naviega de Cabanella.

La actividad cinegética como medida para reducir la superpoblación.

Ante la ya más que evidente superpoblación de jabalíes en Asturias, el Principado aseguró recientemente que «potenciará todas aquellas acciones que permitan reducir la población». En primer lugar, la actividad cinegética. Y es que, según un informe del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio de la Universidad de Oviedo (INDUROT), cazar dos tercios de la población, es decir unos 27.500 jabalíes al año, podría frenar la problemática. Los números no salen, teniendo en cuenta que cada año se abaten alrededor de 10.000 ejemplares a través del modelo de caza social. Un gran esfuerzo cinegético que no llega para frenar la plaga, en buena medida potenciada por el abandono de la actividad ganadera y de agricultura en zonas altas.

«Estamos sufriendo mucho las consecuencias de que no hubiera cotos el año pasado. Los jabalíes que dejaron de cazarse el año pasado este año tienen crías. Antes de iniciarse la campaña de caza, algunos de nuestros afiliados en Soto del Barco y Salas pedían que se hicieran batidas porque levantaban el maíz recién sembrado. Y ahora, no hay manera de sacar a los jabalíes de ahí, ni con pastor electrificado ni nada», sentencia Mercedes Cruzado, secretaria general de COAG Asturias.

Agricultores y ganaderos al límite.

La sindicalista grandalesa tiene claro que «la solución pasa por la caza, y porque no haya más jabalíes que los que había estos años anteriores». Una medida en la que coinciden la mayoría de agricultores y ganaderos que «están llegando al límite». «Ya hay bastantes vacas camino del matadero, porque las pagan bien. Y con ese dinero vas pagando otros gastos. Matar una vaca para dar de comer a las otras no tiene sentido ninguno», lamenta Llano.

Convencida, al igual que sus compañeras, de que la sociedad no es totalmente consciente de la problemática de superpoblación de jabalíes, Cruzado enfatiza que «este puede ser un problema tan grande como para que los ganaderos no lo puedan afrontar». «Tener que vender ganado para comprar forraje fuera hace la rentabilidad de la explotación prácticamente nula», asegura.

Pese a las dificultades, con el otoño y el frío a la vuelta de la esquina, los agricultores y ganaderos se preparan para cosechar, contando con los daños de la fauna salvaje. «Está todo pisado del jabalí y es mucho mas complicado cosechar. La máquina tiene que parar, y se tarda el doble. Con el gasto añadido de combustible, claro. Simplemente, no podemos aguantar esta presión», clama Llano, frente «a los estropicios» de los suidos en las plantaciones de maíz forrajero de Navia.

Un concejo en el que el director general de Medio Natural, David Villar, asegura «tener arqueros», y que se beneficiará del nuevo plan de control del jabalí que aprobará, próximamente, el Principado. «Falta hace, porque nos comen», exclamó Llano.

Fuente: elcomercio.es