Dos largos días de duro rececho han hecho falta para conseguir este impresionante trofeo de venado. No lo ponía fácil, ni mucho menos. Todo lo contrario. Esquivo y desconfiado como pocos, sabedor del gran trofeo que coronaba su cabeza, el venado se perdía en la inmensidad del monte y no había manera de dar con él. Ya había cumplido su etapa en berrea y tocaba retirada en lo más profundo del monte.
Al final, entre dos luces, y cuando ya daban por perdido tan soberbio animal, dieron con él y sin pensarlo, se la jugó el cazador con un precipitado lance en la lejanía, pudiendo abatirlo de certero disparo.
Lo demás ya se lo pueden imaginar. Alegría desbordada y celebración por todo lo alto para rendir homenaje a tan bravo y fantástico animal.
¡Enhorabuena a cazador y organización! El venado bien merece un brindis.
Más información y reservas: