Todomonteria

  • La hemeroteca no apoya el discurso del odio contra los cazadores, pero sí lo hacen algunos estudios.

 

El 8 de agosto, la Guardia Civil encontró en una perrera de Azuaga, Badajoz, una treintena de perros muertos por falta de comida y agua, y unas condiciones de higiene deplorables. El propietario se enfrentaba a un delito de abandono animal.

Las imágenes eran tremendamente duras. Me parte el alma ver una perrera llena de cadáveres y pensar en el calvario que pasaron hasta su muerte. No puedo entender qué puede haber, o mejor dicho, no haber, en una persona que desampara así a sus animales.

Hablé con Alfonso Aguado sobre el tema. Alfonso es abogado de profesión, dueño de rehala por vocación, cazador por pasión y, además, secretario de la Asociación Española de Rehalas (AER). ¿Quién mejor para discutir sobre el tema? Me contó que la AER se personó como acusación contra el propietario de la rehala. Me alegró mucho saber que esa era la primera y espontánea acción tomada, así como escuchar que muchos nos habíamos rebelado ante esta salvajada pidiendo que la ley fuese implacable.

No hay excusa para que alguien obre de tal manera y hemos de perseguir, señalar y denunciar a las personas que actúen así. Sean propietarios de rehalas, de perreras deportivas, de perros de casa o de protectoras. Nuestra obligación como aficionados a los perros, a los animales, al campo, a la caza, y a todo lo que ello supone, es ser los más severos ante estas situaciones.
 
Sí hubo algo que me sublevó especialmente, y fue la rapidez y determinación con la que la maquinaria ecologeta, los animalistas sin animales, se puso a trabajar. Cuando ocurren cosas así, se desata su wokismo con furia furibunda y empiezan a vomitar odio y a comunicar lo que les conviene. Su único fin es alimentar ese apetito voraz de morbo y carnaza que demanda la opinión pública, que, como no puede ser de otra manera, está muy sensibilizada con estos temas. Lo que hizo este señor es abominable y merece la mayor pena, pero es muy distinto informar y dejar trabajar a la Ley, que desinformar, manipular información y generar odio.
 
El relato de nuestros atacantes es sencillo: demostrar, y que se acepte socialmente, que cazador es igual a maltrato animal. Tenemos que defendernos y evitar que el mensaje cale.
 
Si nos fijamos bien, solo nos informan de situaciones como esta cuando hay cazadores involucrados. ¿Pero qué pasa con el abandono de mascotas por particulares o por parte de protectoras, por ejemplo? ¿Por qué no somos informados de la misma manera?
  • Julio de 2025. Se investiga a dos veterinarios y una responsable de una protectora por traslado ilícito de más de 750 perros a Francia alterando documentos oficiales. Un fraude de ley.
  • Verano de 2024. El Ministerio del Interior comunicó que se había desmantelado una protectora en Sevilla y Zamora por abandono y maltrato. Habían muerto más de 13 perros.
  • Febrero de 2024. La Guardia Civil denunció a una protectora de Almería. Se desmanteló un refugio animal con perros deformes y cadáveres descompuestos. La gran mayoría de animales no estaban identificados. ¡Menudo refugio!

 

Aunque a veces no lo parezca, todos somos iguales ante la ley y, por ello, debemos conseguir que esa igualdad se respete. La hemeroteca no apoya el discurso del odio contra los cazadores, pero sí lo hacen algunos estudios, como el famoso Él nunca lo haría, elaborado por la Fundación Affinity. Plagado de demagogia, utiliza las fuentes que le interesa y que no son otras que la información que las múltiples protectoras, asociaciones animalistas o entes similares, aportan.

Todas estas organizaciones están financiadas y, por ello, seguirán rugiendo mientras reciban los emolumentos de este rentable negocio que se han inventado llamado animalismo. Por suerte, a este informe de Affinity le queda un telediario, pues este año le hace la competencia el que redactó la Dirección General de Derechos de los Animales (DGDA). La diferencia entre los datos de ambos documentos es pasmosa. La DGDA concluye de manera muy distinta y la verdad es que no somos tan malos como quieren hacer creer Affinity y otras hierbas.

El suceso de Badajoz es un horror, pero es un caso aislado. Los cazadores cuidamos con devoción a nuestros animales todos los días del año y les damos todo lo mejor que podemos permitirnos. Si este caso nos iguala a todos los perreros, tenemos que hacer lo mismo con las protectoras.

Sinvergüenzas hay en todas partes, pero no hay que demonizar a todo un colectivo porque haya alguien sin escrúpulos. En la grandísima mayoría de los casos, solo hay cariño, vocación, sacrificio y esfuerzo.

Que Dios guarde a esos 32 perros de Azuaga y que su propietario sufra lo que dicte la ley. Seguro que será menor su sufrimiento que el que padecieron sus fieles.

 

Fuente: Diego Gómez-Arroyo para eldebate.com