VALLE DEL CASTAÑO
ORGANIZACIÓN: SERVICIOS CINEGETICOS CJS & LANCES DE ALTAMIRA
Localidad: Navatrasierra
Fecha: 5-10-19
P: 65
RH: 28
Cupo: libre
Tipo Finca: Abierta
Nº Has. Monteadas: 1.200
Resultado:
V: 36
J: 8 ( 1 medalla)
CRÓNICA de la Montería:
Premio a la constancia, trabajo y locura.
Se contrató esta finca con una ilusión más que grande por cazar en Navatrasierra.
En un principio el cervuno predomina en cantidad, pero sobre todo de hembras, lo que a modo de conclusión decidimos poner la fecha lo más cercana a la berrea con la esperanza de que las féminas atrajeran a los machos locales y alguno del colindante coto de Matallana. Manos a la obra…
Esfuerzo físico y económico al 200×100. Se prepara con mimo y con cariño acompañado de un gran guarda, Jesús María, que se contagió de nuestra locura…
Tuvimos un susto en el camino, pero ya sabemos quién fue y le tenemos la cruz puesta. Se recuperó lo perdido por malas artes y se volvió a su ser la finca.
Aquello era un espectáculo días antes de la montería y era evidente que si no pasaba nada, el día 5 de octubre seria divertido. Ya en la junta estimamos unos 35 venados de resultado, y poco nos confundimos.
Se cazaron 1.200 hectáreas con 28 rehalas y 5 manos de perros, cada una con su guía.
Con 30 grados en el ambiente se soltó unas rehalas de ensueño, esas que nunca están libres, pero claro, se fue previsor y en diciembre se les llamó.
Antes de soltar el lío estaba formado ,tiroteo continuo en toda la finca y constante. Las emisoras echaban fuego… venados, carreras, ladras, lances ,un tiroteo digno de un ojeo de perdices..
Las dos primeras horas los perros, previamente campeados, se comportaron. A partir de ahí la cosa se complicó, pero aún así la caza salía por todos sitios al ir en manos apretadas, otro factor más de nuestra locura.
Al final todo ese trabajo se transformó en un precioso plantel 36 venados, algunos bonitos de montería, y 8 jabalíes, con un guarro espectacular que dará medalla, abatido por Luis Fernández, de Mallorca, y destacar a Abilio, de Velada, con 5 venados.
Una gran montera en abierto difícil de realizar ,y complicada de gestionar en la que no se escatimo en nada y donde se puso el Alma.
VALDELACASA
ORGANIZACIÓN: CINEGÉTICA GARRIDO.
Mancha: EL COBERTIZO.
Localidad: Aliseda (CC).
Fecha: 12/10/2019
P: 48
RH: 22
Cupo: Libre
Tipo Finca: Abierta
Nº Has. Monteadas: 750 ha.
Resultado:
V: 18
J: 7
CRÓNICA de la Montería:
A las ocho de la mañana nos daba cita Enrique de Cinegética Garrido en el restaurante La Montería de la cacereña localidad de Aliseda, para realizar el sorteo de las cuarenta y ocho posturas con que se iba a cazar la mancha del Cobertizo de la cercana finca de Valdelacasa.
Casi sin tiempo para desayunar comenzaba la organización con el sorteo de posturas tras las últimas indicaciones del estado de la mancha, en la que pedía encarecidamente se respetase los muflones pequeños dado que se había comprobado de la existencia de un pequeño rebaño compuesto por machos de corta edad. La salida de los puestos se fue realizando conforme se fueron sorteando las distintas armadas que cerraban el mapa de la montería y el reloj marcaba poco mas de las nueve y media cuando quedaba cerrada la mancha.
Con la colocación de las traviesas con total celeridad y orden sobre las diez y cuarto de la mañana se daba paso a la entrada de las rehalas al cazadero para colocarse en los distintos puntos de suelta y tan solo media hora más tarde se daba rienda suelta a los perros, antes de lo cual ya se había escuchado algún disparo sueltizo.
Se auguraba una buena jornada, dado que de momento y en el transcurso de todo esto que os he contado, un pequeño calamorro mojaba el terreno aunque no llegaba a empapar. Lluvia, que incluso apetecía no siquiera refugiarse al amparo del paraguas, sino disfrutar de su contacto con la piel.
Con estos avatares comenzaba la montería con una extraña calma, únicamente interrumpida por algún disparo por el cierre de aceituna. Pero a medida que las rehalas fueron entrando en la mancha se fue animando la jornada.
La caza no estuvo bien repartida y concentrada en la parte alta había una zona de la mancha donde ladras y disparos no dejaban de sucederse y otras donde reinaba la calma.
A pesar de que el tiempo parecía nos iba a favorecer, no fue más que un espejismo y en tan solo quince minutos el panorama cambió estrepitosamente. El sol dio la cara y picaba que daba gusto y tan solo media hora después de soltar, y por el puesto cuatro de la traviesa el cual un servidor ocupaba, transitaba una cierva sin correr, con la lengua fuera, seguida por un can con las iniciales JG en el lomo el cual, jadeando la perseguía a tan solo un par de metros pero sin fuerzas para ladrarla, se dedicaba a, paso que daba la cierva, paso que daba el. Digamos que habían llegado a firmar un pacto de no agresión entre ellos.
Con este panorama se me presentó el perrero en el puesto casi una hora más tarde al que ofrecí agua que aceptó gustoso, comentándome que los perros ya no iban haciendo nada y quedaba casi la mitad de la mancha por cazar.
Y así fue, tras haber abandonado mi postura y cuando se encontraba el amigo paraguas unos doscientos metros más adelante en la mancha, un perrillo que gipa justo por donde habían ya pasado y se levanta un venado que no llego a adivinar entre el monte, cuando por fin lo veo salir, va derechito al sopié donde dos monteros juegan lance infructuoso con él, escapando de la quema.
Tras esto y tan solo unos minutos después, una ladra corta y las voces de «va para atrás» me ponen en alerta, no tarda mucho en aparecer un tremendo cochino que ladino él, escogió el viso de mis bajos para escurrirse sin que pudiera disparar sobre el por miedo a no enterrar del todo la bala.
Se comprende que hoy no estaba para mí.
Ya con el monte en calma, sin escuchar las rehalas y con un sol que me hacía desear la vuelta del postor, un disparo del amigo Caldera en el tres me pone en alerta, un movimiento de matas llama mi atención y ya lo veo.
Como a mi me gusta, paso cochinero, cabezota a un lado y a otro, paradita para escuchar y oler, así que venía un jabalí buscando mi puesto.
Lo seguía maliciosamente con la mira pero en un «estatequietoperonopuedo» le suelto una salve que se me va alta, la cochina que ahora adivino perfectamente se monta en su «moto» y ¡Patitas para qué os quiero!, un segundo disparo queda delantero y el polverío la hace desistir de su huída y curiosamente se me mejora. Ahora si, ahora no te voy a fallar, la aguanto al máximo, dejo que se arrime, la veía y no la veía, se tapaba y se destapaba y a tan solo veinte pasos le suelto la tercera salve mientras se metía en otro apretón, el polvo blanco me traía malas noticias, mientras la veía de nuevo salir y meterse en otra espesura. Una lancha se había comido la tercera bala. ¡A criar!.
Para poco mas dio la montería, el postor nos indicaba el camino al coche y volvíamos a la junta no sin antes sufrir un pinchazo.
Allí disfrutamos de una magnífica comida con cortador de jamón incluido mientras se sacaban las reses al plantel.
Debido al intenso calor, los carniceros fueron abriendo canales según fueron bajándose de los remolques por lo que fue imposible sacar una foto de grupo, aún así, 18 venados y 7 jabalíes llegaron junto a alguna cierva de gestión a la junta de carnes.
Los muflones habían dado la cara pero los monteros los habían respetado por ser aún jóvenes, no siendo así en uno de los casos que entró a un muchacho que venía de Galicia un magnífico muflón, (sería el papá de los chicos) que lo fallo para su pesar.
El triunfador del día fue el amigo Donoso que consiguió hacerse con cinco reses entre ellas el mejor venado de la montería de 16 puntas
Otro bonito ciervo fue abatido por el amigo Angelillo luciendo doce puntas sus astas, siendo una pena el grosor de ambos, dado que la longitud era magnífica para haber tenido que echarles el metro.
Entre los jabalíes destacaban también dos buenos navajeros que alegraron la jornada a los afortunados.
Destacar algunas posturas como la del amigo Juan que consiguió un jabalí y un venado, habiendo jugado otros cuatro lances mas y algún que otro montero que se vino tal como llegó pero habiendo gastado un manojo de balas infructuosamente fallando hasta seis guarros.
Cuando partí a casa andaban buscando un venado que finalmente apareció y un jabalí enorme que había tirado el amigo Fran en el cierre de la cuerda y que iba dejando mucha sangre, pero finalmente y tras un pisteo de más de un kilometro el rastro se perdía y les fue imposible su cobro.
La sobremesa se extendió en una tarde de sol que acompañó al disfrute entre amigos. Una buena jornada para abrir boca en su temporada particular con Cinegética Garrido.
Fte: Carlos Casilda Sánchez.
LOS VENEROS
ORGANIZACIÓN: MONTEROS DE SIEMPRE
Mancha: Entera.
Localidad: Valdecaballeros (BA).
Fecha: 12/10/2019
P: 50
RH: 16
Cupo: Libre
Tipo Finca: Abierta
Nº Has. Monteadas: 500 ha.
Resultado:
V: 16
J: 12
MF: 1
H: 5
CRÓNICA de la Montería:
El día de la Hispanidad citaba Isaac Álvarez, Capitán de Monteros de Siempre a sus socios en el Bar «La Piscina» de Valdecaballeros sobre las siete de la mañana para tras un rápido desayuno proceder al sorteo para que no se demorase la salida de las armadas.
Apremiaba cazar temprano dado que la calor sigue azotando en estas fechas y aún sin llover. La mancha que se iba a cazar es muy dura con un gran sopié salpicado de un bonito encinar y con mucho chaparro nuevo lo que hace que la finca albergue bastante caza en estas fechas a la querencia de la bellota que comienza a caer.
Tras un cierre rapidísimo de la zona a cazar se dio paso a los furgones de las rehalas y con el movimiento de estos ya se escuchaban disparos, lo que hacía presagiar que las reses se estaban moviendo inquietas por el trajín extraño en la mancha.
Las nueve y media marcaba el reloj cuando los perros se adentraban en el monte y con las primeras ladras llegaron los lances. Hoy, costaba sacar de los encames a los jabalíes y las rehalas tuvieron que emplearse a fondo.
Hubo posturas como el cinco de los collados ocupada por Isaías Fernández que también jugaron lance a muflón, concretamente este montero con seis muflones que buscaban el abrigo de los canchos de los que consiguió quedarse con el mejor.
El cierre de Los Pastillos parecía una auténtica feria y si no pregunten a Don Ángel Francisco Díaz que en el número ocho de esa armada se hizo con un bonito venado y un jabalí.
Las traviesas no se quedaban atrás y en la del camino, concretamente en el diez ocupado por Carlos Martín, daban en tierra dos venados de la mano del montero, de los cuales uno de ellos sería a la postre el mejor de la jornada.
Los perreros apretaban desde la falda de la sierra y provocaban la subida de las reses a la parte alta, no dando la cara a los puestos del sopié, pero mejorando la cuerda. Así, Francisco Carretero que ocupaba el número siete del collado se quedaba también con un venado.
A medida que transcurría la jornada y avanzaba la mañana subía el calor y bajaba el número de ladras y carreras y por consiguiente los lances.
Pasada la una del medio día se retiraba a los monteros a la comida y comenzaba la tarea de sacar las reses.
La recogida fue rápida y organizada y poco después de las dos estaba todo en el plantel con un total de 16 venados y 12 jabalíes a los que hay que sumar cinco ciervas de gestión.
Los monteros disfrutaron de comida y plantel y volvieron a casa con otra buena jornada vivida junto a Monteros de Siempre.
Fte: Carlos Casilda Sánchez.