TodoMonteria

Os dejamos reseñas de las monterías celebradas por la Sociedad Deportiva de Caza y Pesca SEGONTIA los días 4 y 25 de noviembre, y 16 de diciembre. ¡Enhorabuena!

SEGONTIA 4 Noviembre

ORGANIZACIÓN: SDCyP SEGONTIA

Localidad:

Fecha: 4-11-2023

P: 34

RH:

Cupo: Libre

Tipo Finca: Abierta

Nº Has. Monteadas:

Resultado:

J: 13

CRÓNICA de la Montería:

PRIMERA DE LA TEMPORADA. EL DÍA DE LOS VALIENTES

Una nueva temporada comenzó para Segontia, el pasado fin de semana. Tras una larga espera, caras conocidas volvíamos a reunirnos al amor de la lumbre en el salón del Campo de Tiro. Los monteros comenzaban a llegar.

Tras los saludos, era hora de dar cuenta de las migas matutinas, y templar el cuerpo con un café, para entonarnos por lo que estaba por llegar. Comenzamos pronto el sorteo, saludando a todos los participantes, dando la bienvenida a algunas caras nuevas, y recordando, que la labor del año pasado había sido reconocida de algún modo, al ser haber sido ganadores del Podenquero de Oro a mejor montería de Sociedades.

Aprovechamos también para presentar en sociedad a un nuevo componente de esta familia, Carlos, nuevo guarda de Segontia. Incorporación sin duda fundamental para el devenir del funcionamiento de la Sociedad y muy ilusionante.

Al hacer el sorteo 34 fueron las posturas a colocar en el campo. A pesar de que las previsiones meteorológicas eran poco halagüeñas, habíamos decidido que la montería había de celebrarse, pues creíamos que el monte estaba cargado de cochinos, y todo estaba preparado. Los puestos se distribuyeron entre seis armadas, y a eso de las once menos cuarto comenzaron a salir hacia el cazadero. El monte a cazar era fundamentalmente una ladera de umbría de roble, siendo esta una mancha que nos gusta aprovechar antes de la pérdida de la hoja de estos árboles. La mancha es muy grande, y a la espalda de esta zona, al sur, hay una ladera con pronunciados barrancos de solana de encinas. Y en frente de la umbría de los robles, al otro lado del río, al norte, unos farallones de piedras areniscas, con jaras y viejas encinas.

Al llegar al cazadero, fuimos comprobando que las previsiones no estaban equivocadas, es más, casi eran mejores que el tiempo que nos estaba acompañando. Rachas muy, muy fuertes de viento que venía del Oeste, acompañadas de un desagradabilísimo aguacero, que caía lateralmente sería nuestra compañía de manera ininterrumpida durante toda la jornada. No hay peores condiciones para los monteros.

La incomodidad del agua acompañada de la violencia del viento hacía que no se oyera nada, además de imposibilitar en gran medida la visibilidad, por no hablar de cómo estaban los visores, que o bien se empañaban o bien recogían las gotas que a duras penas se podían limpiar. Como hemos dicho al inicio, el día estaba para valientes.

Rápidamente, una vez los puestos en sus lugares, buscando abrigo como buenamente se podía, se soltaron los perros. Tres fueron los lugares de la suelta, dos en las solanas, y otra en los bajos de la umbría de los robles. Las dos rehalas que se soltaron en los robles empujaban la caza de oeste a este, acompañando al viento, de cara a otras dos rehalas que se soltaron en los altos más septentrionales, que cazaban de este a oeste, al cruce con las anteriores. Por su parte otras dos cazaron la parte de la espalda de la ladera de los robles, al otro lado de la cuerda también de Oeste a Este.

A pesar de las inclementes condiciones, al poco de soltar los perros comenzaron a oírse disparos, los primeros en la armada del río, donde por lo que luego pudimos saber, un gran macareno, se escapó entre los últimos puestos.

Rafa vio entrar a tres cochinos, uno de ellos un gran macho, que fue al que intentó cazar, pero no hubo fortuna. El cochino se escurrió rio abajo, parece que iba pegado, pero no pudimos dar con él. A ver hay un poco más de suerte la próxima vez.

Al rato también tuvo su oportunidad José Solanas, al que de manera heroica acompañó su madre y que fueron premiados con el lance sobre una gran cochina, con la que pudieron hacerse. Enhorabuena.

Mientras, en el puesto cinco, también Alfonso Robledilllo tuvo su oportunidad, ante un cochino que fue un visto y no visto en los bajos del río. Estaba difícil, quedó en el campo.

Mientras tanto, en la zona de los robles, los cochinos salían por la parte alta, y algunos puestos de la Cuerda, como Marcelino disfrutaron de lances y capturas. Y en la parte de atrás, nada más soltar los perros, éstos desaparecieron con ladras tras los cochinos. Esos cochinos aparecieron por la espalda de algunos puestos, y tanto Pedro como Javier de Agustin pudieron cobrarse los suyos, eso sí, se les colaron muchos otros, ya que el primero nos confesó que vio entrar en la mancha una docena de ellos, y Javier tuvo otros cuatro a su alcance.

Al montero que tenemos que desde aquí felicitar es a Gonzalo de Sebastián, que últimamente estaba teniendo mala suerte, y mientras sus compañeros de armada solían tirar, él no tenía fortuna. Pues bien, esta vez, en un día como el del pasado sábado fue capaz de hacerse con un par de cochinos, en un puesto muy expuesto a las inclemencias. Enhorabuena, amigo.

La armada de la Cabeza de Rienda en lo alto, así como la del Cuchillo en el valle, disfrutaron de muchas ladras, carreras y lances en las posturas, pero los resultaros solo arrojaron otros dos cochinos abatidos.

Las rehalas por su parte dieron cuenta allí de tres jabalíes que cuando quisieron huir, estaban demasiado cerca de los perros y estas no les dieron opciones. Lo mismo ocurrió en la zona de los robles, donde los perros iban llegando a las posturas finales en una jornada durísima para todos. Ahí las rehalas capturaron un par de jabalíes más.

Al empujar la caza hacia el cierre, Alberto Sierra pudo capturar un enorme jabalí, que le entró junto con otros tres, al final resultó ser una hembra. Fue un buen estreno el que tuvo. Unos puestos más arriba se vieron cruzar cinco cochinos más entre los puestos medios de la armada del cierre, y otro al menos por el primero.

A la espalda mientras, el postor del Cuchillo contó otros doce guarros entre los barrancos, que se colaron entre los puestos y se escaparon. Hubo puestos como el de Gonzalo Garcia que tuvieron sus oportunidades, pero esta vez sin fortuna, a la próxima.

A eso de las dos, las rehalas retornaban hacia las respectivas sueltas. Por entonces a Paco le ocurrió uno de esos lances que no se olvidan. Decidió retirar el visor del rifle pues le servía de poco y en esas le entró el guarro que todos esperamos, como él nos relató posteriormente, ¡le veía la boca!, y pim, pam pum, cochino a criar, la cara del cazador en la Junta era un poema. No te preocupes, habrá más ocasiones.

A eso de las tres menos cuarto, los puestos estaban ya recogidos y de retirada hacia la comida. Qué bien sientan unas alubias calentitas y el calor de la chimenea tras un día como este.

Al final de un día inclemente conseguimos hacernos con 13 jabalíes. Un éxito rotundo para como estaba el día. La mancha efectivamente estaba cargada de cochinos. Pero el día aún no había terminado, y siguió con desagradables sorpresas, pues uno de los vehículos de las rehalas atascó de tal modo que hubo que recurrir a los tractores de los agricultores de la zona para rescatarlos y poder retornar a casa tras una larga, larga jornada.

¡Que tendrá la caza para aquellos que nos apasiona, que ya estamos todos deseando volver a vernos en la próxima montería! ¡Al menos seguro que no será con unas condiciones tan malas como la primera!

Hasta pronto.

 

SEGONTIA 25 Noviembre

ORGANIZACIÓN: SDCyP SEGONTIA

Localidad:

Fecha: 25-11-2023

P:

RH:

Cupo: Libre

Tipo Finca: Abierta

Nº Has. Monteadas:

Resultado:

J: 0

CRÓNICA de la Montería:

INESPERADO RESULTADO

Después de un par de semanas de espera tras la primera cita montera, y ya recuperados de la que fuera una de las más complicadas monterías que se recuerdan por estos lares, el sábado 25 volvíamos a juntarnos en el Campo de Tiro para disfrutar de una nueva jornada de caza.

Como va siendo costumbre, a las 9:00h comenzaron a llegar los primeros monteros, y no tardaron mucho en confirmar con su presencia la totalidad de los participantes. Migas y café al amor de la lumbre, y con animadas conversaciones en espera de lo que prometía ser una gran jornada cinegética.

El día era limpio, propio de finales de noviembre en esta zona, y con una agradable temperatura para las fechas y lugar en el que nos encontramos. Las rehalas hicieron pronto su aparición y tras el sorteo y la salida de las armadas, les daba tiempo a degustar el desayuno. Había que tomar algo contundente, pues las caminatas que esperaban eran largas y se sabían, en algunos casos, duras.

La mancha a cazar no se encuentra lejos del Campo de Tiro, así que, dando tiempo a la colocación de los puestos, a eso de las 12, comenzaron las sueltas.

El monte está atravesado por un río que divide la mancha en dos. En la parte norte, una masa de encinas que se cubre con dos armadas, y se caza con dos rehalas de Este a Oeste. En el propio río se coloca otra armada, y ya en la parte Sur de la mancha, la más extensa, dos nuevas sueltas, una de tres rehalas que lo hacen en el punto localizado más al Oeste, en la salida del río del coto, en el que las tres rehalas suben la ladera para cazar posteriormente de Oeste a Este, dos grandes valles de monte cerrado de encina, además de la propia ladera del río, empujando la caza hacia la armada localizada en el centro del gran valle que domina esa zona, y hacia la colocada en los farallones de piedra por cuyos portillos gustan de escaparse los guarros. Y por último la tercera suelta que se hace en el lugar donde el río entra en el coto, y en el que otras dos rehalas suben también la ladera, pero cazando estas luego de Este a Oeste, para arremeter la caza también al centro de la montería. Dos armadas ocupan esa zona, una en el borde Sur, que cierra la mancha y otra en medio de un barranco haciendo de traviesa.

Todo hacía presagiar que el día que íbamos a tener nos depararía grandes resultados, pues la mancha estaba en muy buenas condiciones, y las cebas estaban muy tomadas por los guarros, que durante el tiempo de preparación de la misma habían dado cuenta de más de 3000 kg de maíz, y en los días previos nada hacía presagiar que no estuvieran allí.

La expectación iba en aumento para perreros y guías, pues las marcas en el monte, así como la innumerable presencia de camas recientes de los jabalíes, hacía intuir, que si en los primeros minutos no se producían las esperadas ladras, los animales tendrían que salir un poco más adelante, pues el monte estaba francamente con una pinta sensacional.

El desasosiego, sin embargo, iba creciendo poco a poco entre todos los participantes. No se cesaban de oir por las emisoras alabanzas en cuanto al estado de la mancha por parte de guías y perreros, sorprendidos de que no se produjeran las esperadas carreras. Y así entre sorpresa, incredulidad y decepción fue transcurriendo la montería, que terminó con un nefasto resultado. No se consiguió abatir ningún jabalí. Tan sólo tres lances en total. Un jabalí herido y no encontrado. Inexplicable resultado.

La incredulidad entre los que habían paseado el monte era total, pues el estado del mismo hacía prever un desenlace completamente opuesto a lo ocurrido a la postre. Pero esto fue lo que en realidad ocurrió. La caza en manchas abiertas tiene estas cosas, a veces sorprende para bien, y otras, como en este caso, de manera inexplicable, nos depara desagradables sorpresas.

A eso de las tres los puestos se retiraron a dar cuenta de la comida, que se degustó de nuevo en el Campo de Tiro. El desconcierto fue tan generalizado, que ni siquiera los monteros mostraron su disgusto, pues entendieron, como buenos cazadores que son, y de los que nos enorgullecemos en esta Sociedad, que estas cosas pueden pasar, y de hecho pasan. No queda otra que seguir trabajando con renovada ilusión para poder salir de nuevo a disfrutar en la próxima jornada, que se presupone muy ilusionante, y está a la vuelta de la esquina.

 

SEGONTIA 16 Diciembre

ORGANIZACIÓN: SDCyP SEGONTIA

Localidad: Miedes de Atienza

Fecha: 16-12-2023

P: 49

RH: 8

Cupo: Libre

Tipo Finca: Abierta

Nº Has. Monteadas:

Resultado:

J: 14 (2 navajeros)

CRÓNICA de la Montería:

LA ÚLTIMA DEL AÑO

Tras la estupenda resaca de la montería anterior, el día 16 de diciembre, Segontia celebró la última montería del año 2023. Esta vez, al dar un monte más lejano de la habitual, tanto el encuentro matutino como la Junta de carne se harían en Miedes de Atienza. Y allí nos dirigimos de buena mañana, en un día frio, pero soleado, sin duda estupendo para cazar.

Al local que nos había preparado José Luis para darnos un fabuloso desayuno, fueron llegando todos los que iban a participar en la montería, tanto organización como cazadores y rehaleros. Con las miradas puestas en los sensacionales trofeos obtenidos en la anterior montería, que fueron llevados al lugar por nuestro taxidermista, Álvaro, comenzamos un sorteo para una jornada que se prometía tremendamente ilusionante. La mancha estaba sin cazarse el año anterior, las cebas estaban muy tomadas, y las muestras en el monte eran muy, muy abundantes.

De nuevo los socios no fallaron y 49 posturas fueron sorteadas. Reseñable fue el reencuentro con la familia Palla, que desde países muy lejanos se acercaron para pasar el día con todos nosotros.

La mancha a cazar en esta ocasión era inmensa. El tipo de terreno es bien diferente al que solemos cazar, tanto por la clase de suelo, fundamentalmente pizarroso, como por la vegetación que lo ocupa, ya que los pinos silvestres son en este caso, los árboles dominantes en gran parte del monte. Y donde estos no están presentes, tupidos jarales jalonan el resto del territorio. Dos grandes barrancos que albergan dos ríos, atraviesan la mancha a su vez.

La zona a batir estaba ocupada por los puestos que se distribuían en 8 armadas en lugares estratégicos. Había de todo, puestos de testero en la cresta de los barrancos, otros cerrados entre pinos y otros en los jarales. La mancha estaba preparada, así como los cazadores, que antes de las doce y acompañados por un sol que se agradecía, ocupaban sus posturas.

Las rehalas se soltaron en cuatro lugares distintos, siendo 8 en total. La mancha quedaba dividida en dos por el barranco principal. Al Sur de este se soltaron 4 rehalas, 2 al Este y dos al Oeste, al encuentro, mientras que al Norte del barranco se soltaron otras cuatro, en dos localizaciones distintas, cazando estas de Este a Oeste.

Los perros comenzaron a cazar ya bien pasadas las doce. Transcurría la montería y no se oían muchos disparos, quizá por la dimensión de la mancha, pensábamos. Los perreros por las emisoras mostraban su ilusión puesto que veían por si mismos como estaba la mancha de tomada. La montería iba transcurriendo sin muchas sorpresas, lo que de por sí nos sorprendía a todos. Estábamos en un lugar de sierra a unos 1200 metros de altitud, y el tiempo había cambiado esos días. Quizá los cochinos se habían desplazado a la Solana, lugar con más cobijo.

Algunos lances se fueron produciendo. Los cochinos se hacían de rogar y era cuando los perros apretaban ya cerca de las posturas cuando estos se levantaban y daban alguna alegría. Estando los rehaleros y guías hablando con Jesús, se levantó una piara, y éste se pudo hacer entonces con un cochinete. Del mismo grupo otro se descolgó para atrás y Raúl tuvo la suerte de hacerse con él cuando ya se salía del monte. Al poco, cuando Jesús Moreno, que ésta vez, como casi siempre, iba de guía, llegó al puesto tres del Molino, Carmelo le comentó que había tirado un cochino, y que creía que le había pegado pero que se había escurrido al río. Cuando Jesús bajó encontró al bicho, y menudo bicho, sin duda el Jabalí de la Montería. Se había logrado hacer con un magnífico macareno que luego admiramos todos los participantes, ¡enhorabuena!

Entre los dos pudieron subirlo desde el fondo del barranco, tarea que no fue nada fácil. Cerca de allí, en el uno de la misma armada, Juan tenía otro bonito navajero. La cosa iba mejorando.

Al otro lado del río, a pesar de la innumerable muestra, los cochinos no se dejaban ver. Poco a poco la montería llegaba a su fin, y cuando las rehalas ya se acercaban a los coches dieron con un gran grupo de cochinos, con los puestos ya en retirada. Los cazadores dejaron sus puestos a eso de las tres, y se dirigieron de nuevo a Miedes a dar cuenta de las ricas viandas que nos esperaban para comer. Era hora de sacar cochinos del monte, y el lugar no es fácil. Aún así, con bastante prontitud se pudieron sacar casi todos.

A Carlos y Daniel fue a los que más les tocó tirar de pata, pues tuvieron que sacarse entre los dos cinco cochinos de entre jaras cuesta arriba. Los monteros pudieron apreciar el mantel final de la última cacería del año en Segontia. 14 fueron los Jabalíes que se abatieron, con dos bonitos machos, siendo uno de ellos realmente reseñable.

Pero la montería no había terminado para todos. Algunos rehaleros tuvieron que quedarse hasta bien entrada la noche, pues varios de los perros habían quedado enriscados en los barrancos, tras las últimas carreras detrás de los cochinos. Al final y después de un gran esfuerzo, todos volvimos a nuestras casas con el sentido del deber hecho a la espera de regresar al monte de nuevo buscando los ansiados cochinos, pero esto ya será el año que viene.