UNA MONTERÍA CON ALMA
Hay manchas que no se cazan: se despiertan.
Y cuando La Sierrecilla abrió los ojos tras tres temporadas de silencio lo hizo como lo hacen las cosas que tienen alma: despacio, con elegancia, dejando que el monte respirara antes de entregarse de nuevo a la montería.
En la finca Río Frío la mañana amaneció con un tono distinto, casi ceremonioso. No era sólo el frío suave ni la claridad temprana: era la sensación de reencontrarse con algo querido. Los 50 puestos, escogidos y repartidos con mimo, se acomodaron en sus querencias naturales, y cada montero, al asentarse, sintió ese respeto antiguo que sólo inspiran las manchas con historia.
Las rehalas entraron como un latido. La espesura, tantos años intacta, respondió con ladras vivas, como si el monte hubiera guardado dentro toda la energía acumulada del tiempo en reposo. Y pronto los 79 disparos fueron dibujando la música del día.
Plantel de la jornada:
- 1 venado, sobrio y bien cumplido.
- 3 ciervas, tomadas con la mesura necesaria para honrar la gestión.
- 25 guarros, con dos grandes macarenos que acapararon miradas y conversaciones al caer la tarde.
Pero, más allá del número, la Sierrecilla regaló algo que no se cuenta, sino que se siente: esa mezcla de serenidad, campo viejo y belleza profunda que solo se da en las monterías de verdad.
Donde habita la memoria
Ninguna crónica de Río Frío estaría completa sin detenerse en quienes sostienen su espíritu. La Familia Moreno Cerrillo —su trabajo, su cariño y, sobre todo, su forma de entender la finca— es parte esencial de lo que Río Frío es hoy. Tres temporadas sin cazarse no fueron abandono, sino cuidado, una decisión de respeto hacia la tierra que ahora devuelve su generosidad.
Y por encima de todos, como una encina vieja que protege y guía, se alza la figura de Doña María Petra Cerrillo, dueña de la finca y alma de Río Frío. Hay personas cuyo legado no se escribe en papeles, sino en el silencio de las lindes, en la manera en que los animales respetan los pasos, en la calma con que el monte se ofrece. Ella es una de esas presencias que no necesitan estar para sentirse.
Cada rincón de Río Frío lleva su huella: la voluntad de mantener viva la esencia, la idea de que una finca es, antes que territorio, memoria. Río Frío es lo que es porque Doña María Petra supo ser guardiana antes que propietaria, custodia antes que dueña.
La Sierrecilla volvió a cazarse el día de la montería…
Pero volvió a vivir mucho antes, en el trabajo callado de su familia y en el legado de una Señora que entendió el campo como se entienden las cosas que se aman: con respeto, con paciencia y con la certeza de que lo bien cuidado siempre vuelve.
FICHA DE LA MONTERÍA
MONTERÍA: RÍO FRIO- Sierrecilla
ORGANIZACIÓN: GAM CAZA
Localidad: Agudo-CR
Fecha: 30-11-2025
P: 50
RH:
Cupo: Libre
Tipo Finca: Abierta
Nº Has. Monteadas:
Resultado:
V: 1
J: 25 (2 navajeros)
H: 3