ORAZO EN ABIERTO.
Amanecía en Alcuescar el pasado 20 de Enero con un sol que nada tenía que ver con la jornada infernal de viento y lluvia del día anterior en el que se había adelantado el sorteo de posturas para agilizar la salida de las armadas de esta mancha dura como es la de las Mengachas.
Ese era el destino que Monteros de Encinasola tenía preparado para sus monteros en la jornada de sábado para esta incursión por tierras extremeñas, que es esperada por todos sus cazadores año tras año.
Por ello, se había preparado un buen desayuno con el catering de La Montería de Aliseda, con el que los monteros disfrutaron de unas magníficas migas extremeñas, contando los lances acaecidos en la ya casi finalizada temporada montera.
A diferencia del año anterior y como es habitual en esta temporada se iba a cazar la mancha al completo de una sola vez, por lo que apremiaba agilizar la salida de las armadas y el cierre de la zona a cazar.
Al tener ya realizado el sorteo, simplemente esperaron a que aquellos monteros a los que les fue imposible asistir al sorteo recogieran sus papeletas para sin dilación y con gran expectación siguieran los asistentes las instrucciones de Paco Berjano y Antonio Luis Boza justo antes de comenzar la partida de las armadas tras el correspondiente rezo.
Los monteros fueron saliendo por armadas ordenadamente para en poco más de hora y media quedar listos para el momento de la suelta.
Ésta se produjo antes de llegar las doce del mediodía y hubo un extraño silencio durante aproximadamente veinte minutos hasta que comenzó la fiesta de ladras, carreras y disparos que estuvieron concentrados en la parte de los eucaliptos principalmente, precisamente donde se encontraba la armada que en esta ocasión se había preparado para un grupo de arqueros que por primera vez asistían a esta fiesta jabalinera.
Se piensa que, debido a las intensas lluvias del día anterior, los jabalíes se habían agrupado en tan solo un par de encames con multitud de ejemplares que se repartieron por el resto de armadas escogidos por la puntería de las escopetas, que prestas seguían atentamente los acontecimientos.
Hubo diversión, como siempre, y mucha, llegando algún montero a jugar siete lances en el cierre sin acierto, y es que ésta finca un hándicap para todo montero que se preste, con tiraderos muy muy cortos y lances fugaces y rápidos.
La montería estuvo muy mal repartida, muy muy entretenida en algunas zonas y bastante aburrida en los puntos más lejanos de los encames, y aun así, también jugaron lances, porque los hubo en todas las armadas.
La montería ya tocaba su fin llegando las tres de la tarde, momento que se retiró a los cazadores de sus puestos y partieron hasta el lugar habitual donde le esperaba una buena comida mientras se sacaba la caza.
Al final de la jornada, cincuenta y dos jabalíes y tres ciervas eran los que acudían al cemento, destacando el tremendo cochino abatido por Ildefonso Casilda, en el puesto uno del camino, que montaba el amigo Carlos Borrego, que contaba así el lance;
-“El reloj marcaba las doce y veinte cuando le vi pasar por el viso dirección a los puestos de la otra armada, la ladra, venía de lejos y tres perros la llevaba con mucha distancia del guarro, a más de cinco minutos, aquella ladra se calmó al trasponer el morrito de mis dominios y no fue hasta la una y cinco, cuando de nuevo una ladra por detrás del morro se acercaba, prestando atención a la misma, me di cuenta de que lo tenía delante y que los perros le seguían todavía a mucha distancia, lo dejé cumplir y del primer disparo se puso de manos como suelen hacer los venados, repitiéndole disparo que le partió las manos, cayendo sobre su sombra allí mismo. Fue en ese momento cuando me dí cuenta del trofeo que portaba. Intenté sacar el móvil para fotografiar a los dos perros que me lo volvieron a meter en el puesto tres cuartos de hora después de la primera vez que le vi, pero con los nervios no fui capaz”-, además se cobraron otros dos buenos guarros de buena boca y tres navajeros más, siendo seis buenos trofeos los finalmente cobrados.
Y lo que podría haber sido si Eduardo Rodríguez en el cuatro del sopié, no hubiera fallado el tremendo cochino que se le presentó a cascaporro, errándolo casi en defensa propia. También fallaron en el tres y el cinco de la armada de Antonio Luis, dos tremendos marranos que ponían rumbo a la Sierra de la Sociedad. Afortunada sigue con su finca talismán la amiga Lorena, que conseguía hacerse con dos magníficas cochinas y bueno, cartucho con sus cuatro jabalíes y un largo etc de monteros que consiguieron dobletes y cochinos.
Los arqueros de Caza con Arco Extremadura y el amigo Pepe, cobraron dos jabalíes en el acto y un tercero que se les marchó pinchado y fue imposible cobrar, habiendo disfrutado de lo lindo también.
Finalmente, las caras eran de satisfacción con monteros con tres y cuatro jabalíes abatidos, con monteros de cuatro y cinco lances jugados y un día de sol y viento frío que nada tenía que ver con el infierno lluvioso del día anterior.
Terminaba así una nueva cita con Monteros de Encinasola, que continúan su temporada particular cosechando los resultados acordados.
Ya les queda rematar con dos buenas monterías en El Moro y Valle de la Zarza, en colaboración esta última con Cinegética Los Primos.
Desde la organización agradecer una vez más a la propiedad, a Carlos Borrego, José Solís, a postores, catering y sobre todo a las rehalas, el trabajo y empeño puestos para que todo saliese acorde en este día de caza, en familia.
FICHA DE LA MONTERÍA
MONTERÍA: LAS MENGACHAS
ORGANIZACIÓN: CD MONTEROS DE ENCINASOLA
Localidad: Alcuescar- CC
Fecha: 20-1-2024
P: 70
RH: 22
Cupo: Libre
Tipo Finca: Abierta
Nº Has. Monteadas: 1.100
Resultado:
J: 52 (6 navajeros- 1 oro)
H: 3