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Finca El Hoyuelo

Localidad: El Ronquillo – SE

Fecha: 25 enero 2015

ORGANIZACIÓN: Fco. Rguez. Cerpa

 

P: 68

RH: 18

Cupo: Sin cupo a V, J y Cv

Tipo Finca:  Abierta

Nº Has. Monteadas: 770 has

 

Resultado:  

V:    9    

J:    20     

H:  21

 

Muchos fallos y menos reses que el pasado año

Volvíamos un año más a cazar El Hoyuelo, una finca a las puertas de Sevilla que temporada tras temporada nos deja un grato sabor de boca a los monteros que decidimos probar suerte en su montería.

Como viene siendo habitual en las últimas temporadas, Paco Cerpa fue el encargado de organizar su montería, siempre en colaboración con Manuel de la Morena y su equipo de campo.

Como novedad,  este año se cazaba por primera vez La Solana, una mancha que no se tocaba nunca por ser considerada la “madre” de esta finca abierta de 1.100 has, pero debido a que este año se ha limpiado de monte un buena extensión de terreno, se optó por incluir esta codiciada mancha en la montería.

De esta forma, a las 8:30 h de la mañana mas de un centenar de personas se congregaban en el polideportivo municipal del Ronquillo, donde se celebró el desayuno, sorteo de puestos y posterior almuerzo. El cátering, como de costumbre, lo ofreció Aldama,  degustando unas ricas migas por la mañana y un arroz marinero a mediodía.

Este año cincuenta y ocho puestos de sorteo, 5 de la propiedad y otros tantos de la organización se colocaron estratégicamente sobre las 770 has a montear para intentar dar caza a los jabalíes, venados y ciervas de El Hoyuelo, puestos que fueron sorteados por armadas y sacándose sobre la marcha para cerrar bien las huidas de las reses de pelo.

Algunos de los cierres, así como la traviesa de La Solana, tenían un peluseo para montarse por la gran caminata que se tenían que dar los monteros, de hecho se pidieron voluntarios para algunas armadas, pero no hubo ningún problema para  ocupar esos pasos, pues de valientes estaba la junta llena.

A eso de las 10:30 h, salían los primeros cierres hacia la mancha, y una hora después estaban completamente montadas todas las armadas. Desde ese momento hasta la suelta de las recovas, apenas media docena de disparos. La cosa no empezaba tan bien como el pasado año, pero había que esperar.

Y con los perros en el monte aquello se animó, pero la música estaba muy concentradas en algunas zonas de la finca, donde la caza había encontrado refugio tras los intensos días de frío que llevábamos durante la semana, por lo que hubo armadas que se tiznaron las manos con puestos que tiraron hasta diez cochinos, y otras armadas, que además venteaban, que ni olieron el asunto. Mal repartida la caza y muchos fallos por parte de los que pudieron disfrutar de lances, lo que unido a que no había tanta caza  como el pasado año, hizo que el resultado final de la jornada fuera de 50 reses, de las que 20 eran cochinos, 9 venados y el resto ciervas.

La Traviesa del Barranco falló de lo lindo, entre el nº 8 y el 9, erraron 10 marranos. Tuvieron mejor fortuna Rafael Villar, que cobró 3 jabalíes, Antonio Luna, con 1 jabalí y 2 ciervas en el nº 4 del carril, o su vecino de puesto, que también revolcó 2 cochinos y dos pepas

El mejor venado de la montería lo abatió D. Juan A. Lemos, habiendo otro venado de similar características que quedó en la finca al ser tirado este frente a la tablilla de un montero que lo estaba dejando cumplir, no siendo respetado el lance por el vecino de puesto.

La organización y la guardería sancionaron al infractor con la pérdida del trofeo, ya que no se le puede respetar a un montero el derecho a llevarse un trofeo, si este no respeta el derecho a jugar el lance a su manera, a quien lo tiene en su tiradero y lo está dejando cumplir. El joven montero asumió su error y el castigo ejemplarizante, pidiendo disculpas al montero afectado, al que “fastidiaron” el día dicho sea de paso.

Esperemos que aprenda la lección para que no vuelva a suceder. Para que te respeten en el monte y en la vida hay que comenzar por respetar a los demás.

En definitiva, resultado por debajo del esperado con muchos fallos, caza mal repartida y en menor cantidad que el pasado año. Con todo y con eso las 50 reses que se cobraron ahí quedan. Agradecer el trabajo de organización, postores y rehalas para que la jornada fuera lo más exitosa posible, y como no, a Manuel de la Morena por su encomiable labor durante todo el año en el cuidado de la mancha. El año que viene más y mejor.

E. J.