Se venían viendo muchos rastros durante las semanas precedentes a la fecha escogida, por ello las ilusiones estaban puestas en pasar una muy buena jornada.

Desde la colocación de los primeros cierres, a pesar de algún contratiempo con la avería de un vehículo, ya se podían ver las reses moviéndose por la finca, y no tardaron en sucederse los disparos.

Cuando se produjo la suelta fue un atropello de ladras y disparos, que fueron apagándose conforme la montería fue avanzando, con reses que escapaban por los limpios como fue el caso del gran cochino (posible oro) abatido por el joven montero Carlos, en el nueve del cierre de Los Pinos, siendo el sexto cochino que abate en su cuenta particular y que acudía a la primera montería en solitario de su vida, anteriormente acompañando siempre a su padre y consiguiendo tamaño cochino en un lance que a buen seguro le quedará grabado a fuego en su recuerdo para siempre.

 

El cervuno estuvo concentrado en la parte alta de la finca, no siendo habitual y sin embargo los cochinos andaban salpicoteados por las llanas, estando así la caza muy repartida e inusualmente distribuida.

Todas las armadas cobraron caza y estuvieron entretenidos en mayor o menor medida y sobre las tres de la tarde se daba por finalizada la montería, retirando a los asistentes a la comida donde disfrutaron contándose los lances mientras se sacaba la caza.

Las rehalas una vez más habían dado todo en la mancha, y habían ofrecido una jornada inolvidable a los monteros, trabajo sin el cual, no habría sido posible el resultado final.

Afortunado José Trinidad que se hacía con un jabalí que tras medición ha dado bronce, como también Fernando Masero que en el puesto cinco del carril de la Moña se quedaba con dos venados. El amigo Fermín en la armada de la Aliserilla se quedaba con un buen

venado de los dos que le cumplieron, cobrando también una cochina que tras quedarla herida era apresada por las rehalas.

 

Al final, al plantel acudieron un total de 22 venados con varios destacables y 13 jabalíes con cinco bocas entre ellas.

 

Sin duda, buen comienzo del final de temporada para Monteros de Encinasola.