CÓNICAS DE MONTE: La Habana, Valdegama y Canaleja

LA HABANA

ORGANIZACIÓN: MONTEROS DE SIEMPRE.

Localidad:  Monesterio (Badajoz)

Fecha: 8-12-2025

P: 70

RH: 30

Cupo: Libre

Tipo Finca: Abierta

Has. monteadas:  900

Resultado:  

V: 14

J: 27 (5 navajeros)

Crónica de la Montería:  

Esta fecha tan señalada de la Inmaculada Concepción la tiene reservada Isaac Alvarez habitualmente para cazar la finca de La Habana en Monesterio.

El siete de diciembre se dió cita a las ocho y media de la tarde en el restaurante Leo de dicha localidad, para realizar el sorteo de posturas, con el fin de agilizar el cierre de esta escarpada mancha de pino, jara y dehesa.

Ocho y treinta de la mañana del ocho de diciembre era el toque de queda para todos aquellos que no pudieron recoger su papeleta la tarde anterior, ocho treinta reparto de posturas, nueve para el desayuno y nueve y treinta partida del primero de los cierres, esas eran las previsiones y ese fue el plan, como suele ser habitual.
Tras las últimas indicaciones de Monteros de Siempre, se instaba a los monteros a respetar el tiempo de caza, aguantar en los puestos hasta que las rehalas remataran de vuelta, dado que eran casi mil hectáreas de monte y había que esperar hasta última hora por respeto a los puestos que estaban en las sueltas y sobre todo a los perreros que volverían sobre sus pasos.

Tras esto, y diligentemente comenzó la salida de las distintas armadas para dirigirse a sus posiciones. Las primeras, los cierres del machado y la vívora para comenzar a menear el asunto.

Con la colocación de los cierres, tan solo quedaban montar las traviesas y se llamaba al orden a la del jabalí y las dos del comedero, contando con apretados puestos.
Un extraño silencio se escuchaba, lo que no es habitual en esta mancha que suele arrojar bastantes lances ya con la entrada de las traviesas y las rehalas.
Fue mientas éstas se dirigían a los distintos puntos de suelta cuando comenzaron a escucharse los primeros disparos, muy tímidamente comparado con otras ocasiones.
Mientras los cazadores se dirigían a sus armadas, el primer venado del día ya había sido cobrado en el cierre de la víbora.

El día se presentaba soleado y con un viento frío que hacía presagiar la inminente llegada del invierno y los monteros esperaban ansiosos el comienzo del espectáculo.
Las pasadas lluvias habían dejado el terreno perfecto para el monteo, aunque habrían propiciado la dificultad de montar alguna armada por encontrarse prácticamente intransitable para turismos y sub.

El reloj marcaba las once y media de la mañana cuando se dio la señal para soltar las rehalas. Los perros salieron decididos en busca de las presas, y no tardaron en encontrar los primeros encames.

Los ladridos y disparos se sucedían dispersos en las distintas posturas, mientras los cazadores disfrutaban de una jornada completamente distinta dependiendo de la zona donde les hubiera tocado en suertes.

Así los que estaban situados en la hoya de solana que da al machado disfrutaron de una intensa montería, con ladras a jabalíes durante toda la mañana, y el resto, fueron recogiendo caza de esta parte, estando el resto de la mancha mucho más desangelada.
La intensidad fue aminorando la marcha a medida que las rehalas fueron dando con los encames. Pero nadie se rendía, y perros y perreros seguían persiguiendo a sus presas.

A las tres de la tarde, llegaron los perreros a los remolques dandose por finalizada la montería, y los cazadores se retiraron de sus posturas.

Hubo lances de principio a fin y los que aguantaron estóicos a la llegada del postor se vieron premiados con lances afortunados. No así, el amigo Donoso JR, a quien con el rifle en baja guardia y las caracolas sonando le sorprendió un gran jabalí parado a escasos tres metros en el número trece del comedero, el catorce cobraba también una cochina finalizando la montería, al igual que el dieciocho que le jugaba lance a otra cochina con la aguja del reloj rozando las tres de la tarde. Un navajero estupendo se cobraba en la misma suelta de los perros también a última hora.

Los amigos turcos triunfaron con tres venados cobrados, al igual que Manuel Gordillo con un navajero. En fin la caza estuvo repartida pero no fue el restultado esperado, bajando muy considerablemente el número de ciervas que se habían visto en la mancha con respecto a temporadas anteriores.

Al final, el resultado de la jornada fue de catorce venados con dos destacados y veintisiete jabalíes, destacando cinco navajeros, sobre todo el último que llegó ya con casi toda la carne cargada en el camión, nueve de los cuales fueron apresados por las rehalas.

La jornada tocó su fin con el noviazgo de dos jóvenes cazadores, David Rubio Álvarez, quien consiguió hacerse con un bonito venado y Roberto Pérez Álvarez que fue capturado después de hacerse prófugo en la montería del día anterior.
Enjuiciados y condenados por sus delitos de sangre, fueron ajusticiados según la tradición montera, dando punto y final a un día más entre amigos en La Habana.

Texto y Fotos: Carlos Casilda.