TodoMonteria

La condena histórica por la muerte de Querubín, un lince ibérico. El felino fue abatido intencionadamente hace tres años en una finca de Don Benito, y ahora el autor se enfrenta a una sentencia pionera.

Después de tres años, el juzgado de lo Penal nº1 de Don Benito ha emitido una condena con pocos precedentes por el abatimiento a tiros de Querubín, un lince ibérico. Los hechos tuvieron lugar entre el 10 y el 20 de febrero de 2019, fecha en la que Manuel, dueño de la finca Cabeza Redonda, “disparó con la intención de causar la muerte a un ejemplar de lince”. El fallo del juzgado es firme: 114.158 euros y dos años de cárcel.

La ejecución de Querubín supone un delito contra la flora y fauna, dentro de la que adquiere un fuerte agravante por la modalidad de caza de especies en peligro de extinción que implica el abate del felino. Además de la pena de prisión y la multa que tendrá que abonar a la Junta de Extremadura, la sentencia ha establecido una inhabilitación especial para cazar durante cuatro años. El delirio de Manuel ha arrastrado también a un trabajador de la finca, condenado a un año y seis meses de prisión como responsable de un delito de encubrimiento.

¿Qué hechos rodean la muerte de Querubín?

Querubín fue abatido “cuando se encontraba al lado del pulpitillo”, a menos de 15 metros de donde se encontraba cazando perdices Manuel, en una zona “sin vegetación y con amplio campo de visión para el acusado”. Fue entonces cuando “disparó con la intención de causar la muerte”, en palabras de la sentencia.

Tras descargar con su escopeta los 80 proyectiles que aproxima el informe, encargó a Juan José, empleado en la finca, que ocultase el cadáver del lince. Y este “procedió a retirar el cuerpo del animal y a ocultarlo fuera de la finca en que había sido abatido”, en una parcela cercana, también en el término municipal de Don Benito, y donde fue “cubriendo el cuerpo con material vegetal para evitar que el cadáver del animal pudiera ser descubierto”.

La precariedad del condenado y su cómplice en el intento de esconder el animal delató el crimen cometido. Y Manuel, que era cazador, terminó siendo denunciado hasta por la Federación Extremeña de Caza por el escándalo que significa matar un lince ibérico.

La sentencia contempla la firme voluntad de causar muerte

El ahora condenado ha reconocido la firme voluntad de matarle. El examen forense al que ha sido sometido el cuerpo del lince sugiere una insensibilidad escalofriante por parte de Manuel. En esta línea, la sentencia es clara: “la necropsia del cadáver del lince abatido revela un disparo certero que causa la muerte inmediata del lince, localizándose en el cadáver del animal un número aproximado de 80 proyectiles de cartucho en la región craneal, torácica, extremidades anteriores y menos cantidad en la región caudal y extremidades posteriores”.

La investigación continúa tras el paradero del hermano de Querubín, Quitapón, que actualmente permanece desaparecido; Manuel, quien “los conocía de cachorros e incluso les había dado de comer” también es sospechoso de este segundo caso. En cuanto al primero, la justicia ya ha dictaminado la condena correspondiente. No obstante, esta sentencia no es firme y todavía se puede interponer un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Badajoz.

Fuente: AS.com