La Asociación Española de Organizadores de Monterías (AEOM) califica como insostenible la situación que padecen los empresarios cinegéticos que montean en Extremadura a causa de las pérdidas económicas que los decomisos por tuberculosis y los costes de eliminación SANDACH provocan cada vez que desarrollan su actividad en la región extremeña. Pérdidas que vienen padeciendo desde hace años sin obtener el más mínimo respaldo por parte de la Administración, a pesar de las continuas denuncias y reuniones que han mantenido con los distintos equipos de gobierno de la Comunidad Extremeña.
Y es que para la Asociación de profesionales de caza que preside Manuel Cabezas, es inconcebible que estos decomisos, que alcanzan el 50% de las canales de jabalíes abatidas y pérdidas de hasta 8.000 € por montería, se lleven a cabo tan sólo con la prospección visual del ganglio mandibular, y ante la menor duda se envíe la canal completa a eliminación sin realizar evisceración del animal ni ninguna otra prospección veterinaria para ver posibles lesiones internas en otros órganos que confirmen
fehacientemente la existencia de tuberculosis. De igual manera, para AEOM, es inconcebible que no se contemplen, como en otras CCAA, los decomisos parciales, liberando para el consumo las partes del animal libre de lesiones, como ocurre en animales de abasto que van a matadero, por lo que solicitan un cambio de la normativa vigente para que las especies cinegéticas tengan el mismo trato y consideración que los animales de abasto, como cerdos, vacas, ovino y caprino en cuestión de tuberculosis.
En este sentido, no entendemos que en las 16 CCAA restantes se realice un control de la tuberculosis que permite el análisis y la prospección de las canales de caza en las salas de despiece, favoreciendo la correcta inspección del animal y el diagnóstico exacto de la enfermedad en caso de haberla, liberándose al consumo muchas canales a priori dudosas o parte de las mismas en las que no se aprecian lesiones, estando aptas para alimentación, y en Extremadura, donde no se conocen afecciones de la enfermedad en humanos que justifique este proceder, se realice una política de decomisos tan agresiva e injustificada, que está arruinando al sector productor y a los organizadores de monterías.
Porque no podemos olvidar, que, aparte de las pérdidas por lucro cesante que los organizadores están soportando por la falta de ingresos de la carne que se decomisa, (unos 55-60€ por jabalí y 100-120 € por canal de cervuno), los profesionales del sector tienen que correr con los costes de eliminación de esas canales presuntamente tuberculosas, lo que supone entre 1.500 y 3.000 € en facturas SANDACH por montería.
Esta situación, que viene siendo denunciada por parte de los organizadores profesionales de montería desde hace años, ya se comunicó a los medios mediante nota de prensa fechada el 1 de diciembre de 2022, sin haber obtenido soluciones a pesar de las numerosas reuniones que a raíz de aquel comunicado se mantuvieron con los responsables de Salud Pública y Sanidad Animal de la Administración extremeña.
Con el nuevo gobierno, la inacción sigue siendo la respuesta a las constantes quejas que venimos trasladando a las Consejerías competentes, por lo que de no observarse un cambio real en la forma de proceder, con un nuevo protocolo de inspección más completo que obligue al eviscerado de la canal ante los indicios de tuberculosis, bien en campo o bien en sala de despiece, y una normativa que defienda nuestras carnes de caza, que contemple la posibilidad de los decomisos parciales, la actividad cinegética en la región extremeña está abocada a desaparecer, ya que no se pueden organizar monterías asumiendo estos costes que ya te condenan a pérdidas antes de soltar las rehalas.
En AEOM comprendemos la importancia que tiene la erradicación de esta enfermedad zoonótica, de tanta repercusión en algunas zonas de Extremadura, y tendemos la mano al Servicio Extremeño de Salud y a sus veterinarios oficiales para trabajar conjuntamente en la lucha y control de esta enfermedad para garantizar la salubridad de las carnes que vayan a consumo humano, la salud pública y la sanidad animal, como no podía ser de otra manera. Pero no entendemos que la SANIDAD ANIMAL y la SALUD PÚBLICA tengan que correr por cuenta de los organizadores de caza, que son los que están pagando de su bolsillo este despropósito, por lo que solicitamos a la Administración ayudas para la eliminación SANDACH, así como unos precios de sostenibilidad sanitaria que cubran las pérdidas por lucro cesante que los decomisos de las canales tuberculosas provocan en
los organizadores de monterías y/o propietarios de fincas.
En AEOM defendemos una caza profesional y sostenible, y la política sanitaria extremeña en materia de tuberculosis hace totalmente insostenible la actividad cinegética en la región.
Esperemos que el nuevo Gobierno salga de su letargo, tome las riendas del asunto con determinación, y ponga soluciones al desastre que venimos arrastrando desde hace años en lo que a los decomisos por tuberculosis se refiere. De lo contrario estarán haciendo lo mismo que hasta hace unos meses denunciaban.
Fdo. Manuel Cabezas
Presidente Asociación Española de Organizadores de Monterías (AEOM)