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Continuamos en Todomontería sacando del baúl de los recuerdos a personajes ilustres de nuestra Montería.

Hoy traemos a estos RECUERDOS MONTEROS a uno de los mejores monteros y rehaleros que la Montería Española ha dado y dará en toda su historia. Espero que lo disfruten.

Grandes de la montería española: D. ANTONIO COVARSÍ.

Una vez más, nos satisface recordar a uno de los monteros mas importantes y emblemáticos del siglo de oro de nuestra montería, el extremeño de adopción y referente de la montería tradicional española  D. Antonio Covarsi.

Covarsí nació en Zaragoza el 6 de diciembre de 1.848 y murió en Badajoz el 6 de Diciembre de 1.937 a la edad de 89 años, después de vivir una intensa vida dedicada a la caza que le llevó a consagrarse como uno de los Grandes de nuestra montería.

La pasión por la práctica cinegética la heredó de su padre Fernando, a quien empezó a acompañar desde temprana edad por tierras de Aragón, siendo tal su afición, que en el transcurso de una jornada de caza sufrió una insolación que le costó la pérdida de su ojo derecho.

A la edad de 18 años su familia se desplaza a Badajoz y es en tierras extremeñas donde Covarsí da rienda suelta a toda esa pasión que lleva dentro, consagrándose en cuerpo y alma a la caza, practicando el rececho, el aguardo, la ronda, el vaqueo, la caza menor, y como no, la montería, su verdadera pasión.

Antes, los niños de 18 años tenían un estilo de vida completamente diferente al de ahora. Hoy en día se está concentrando cada vez más la industria online. Se trata de diferentes diseños de juegos y muchas áreas diferentes que se conectan con Internet. Ahora cada vez más personas están interesadas en la industria de los casinos en línea, en particular en el juego de blackjack online gratis en el sitio web de Slotogate.

Covarsí, aparte de otras ocupaciones y negocios, tenía una armería en Badajoz, establecimiento que pronto se convertiría en el lugar de encuentro de los monteros mas destacados y representativos de la sociedad pacense.

Inmerso en ese ambiente cinegético, este apasionado cazador no pudo reprimirse y comenzó a practicar la montería en 1875 de la mano de su amigo D. Faustino Naharro, Gobernador Civil de Badajoz y dueño de “Las Herrerías”, una de las mejores fincas monteras de Extremadura.

Desde ese año hasta 1924, en el que con 75 años  monteó La Adelfilla, D. Antonio estuvo practicando este noble arte venatorio de forma ininterrumpida. En los últimos años de su vida, mermadas las facultades físicas para montear,  Covarsí siguió cazando a menor hasta el mismo año de su muerte.

Durante los 50 años que el Montero de Alpotreque, que es como se conoce a este inigualable montero en los ambientes cinegéticos, estuvo en activo, cazó con reyes, nobles, ilustres personajes de la vida política y social española  así como con furtivos y cazadores de oficio, recorriendo de norte a sur y de este a oeste los principales cazaderos de nuestra geografía y abatiendo todas las especies cinegéticas de la fauna ibérica, incluidos lince , lobo y oso.

Pero fue en la montería donde este ilustre personaje destacó sobremanera.

Como montero, Covarsí marcó una época.

Vivió en unos años de extremadas dificultades para el ejercicio de la caza y de escasas reses en el monte. Se desplazaba en su caballo jerezano “Aragón” por todas las fincas de la Sierra de San Pedro, acompañado de su criado y de su recova de 24 perros para participar en expediciones que duraban varios días y que se saldaban con un resultado de apenas media docena de reses.

Sus maestros fueron nada menos que el inigualable D. Pedro Castillo, afamado Capitán de montería y uno de los mejores monteros que ha dado Extremadura, y los bravos y aguerridos escopetas negras o cosarios de la Sierra de San Pedro, con quienes disfrutaba cazando.

Covarsí fue un cazador apasionado, valiente y temerario que practicó la montería de poder a poder, desde la pureza y el respeto a las normas escritas y no escritas de la montería, no dudando en enfrentarse con cualquier montero o escopeta negra que no guardara el orden y la disciplina en el monte.

Su conocimiento de la sierra, sus dotes organizativas, su carácter enérgico y la moral venatoria que atesoraba le hicieron ganarse el respeto de los monteros de la época y ser requerido para organizar y presidir varias sociedades monteras.

De esta forma capitaneó y fundó sociedades de cazadores como la de  Monteros de Badajoz en 1.890, la sociedad Monteros de Alpotreque en 1.895 y la sociedad de Monteros Extremeño-Andaluces en 1.899, que desarrollaban su actividad venatoria por las Sierras de San Pedro y Sierra Morena cordobesa respectivamente.

Su capacidad de liderazgo, su carácter disciplinario, el tesón y la ilusión que este excepcional montero ponía siempre en todas sus empresas, hicieron posible que en Extremadura se vivieran  grandes y extraordinarias expediciones de caza con resultados muy notables para aquella época.

A pesar de ser un excelente tirador y disfrutar mucho abatiendo reses, la gran pasión de Covarsí fueron sus perros

D. Antonio cuidaba personalmente a cada uno de los perros de su recova y los conocía en el monte por su ladra. Cuando latían de parado la sangre le hervía y no dudaba en salir a galope tendido por el monte al encuentro de sus fieles para auxiliarlos en la batalla.

Por sus perros, Covarsí daba literalmente la vida, llegando a poner en serio peligro su integridad física en muchas ocasiones por acudir en defensa de la recova cuando esta se batía en duelo con los grandes navajeros en situaciones comprometidas. De hecho fue malherido dos veces en las piernas y una en la cara por defenderlos con esa valentía que rayaba la temeridad que le caracterizaba y que tantas reprimendas por parte de otros monteros le costó.

Covarsí fue un montero comprometido con la caza y con su tiempo que supo defenderla como nadie en el monte y fuera de él como demuestran los hechos. Aparte de su ejemplo como montero de raza, extremo y duro como la tierra que lo adoptó, de su buen hacer y reconocido prestigio como Capitán de montería y fundador de las más importantes sociedades de cazadores de Extremadura y de su valiente trayectoria como dueño de rehala, este extraordinario venador nos dejó un interesantísimo legado manuscrito sobre la montería de su época que no tiene desperdicio.

Colaboró en las revistas cinegéticas mas importantes de la época con artículos de opinión y crónicas de monte, organizó encuentros y reuniones para debatir sobre temas cinegéticos de actualidad y a lo largo de su dilatada e intensa vida montera publicó cuatro interesantísimos libros imprescindibles para cualquier montero: Narraciones de un montero (1.898), Trozos venatorios y prácticas cinegéticas ( 1.911), Grandes cacerías españolas (1.919) y Entre jaras y breñales ( 1.927).

Hoy D. Antonio Covarsí , 80 años después de su muerte, sigue siendo un  referente para los monteros que queremos practicar este noble arte desde la pureza , la ética y la tradición. Hoy día, un siglo después de que el Montero de Alpotreque anduviera tras las escasas reses de Azagala, Alpotreque, Coto de Vera o Matapegos, su legado sigue siendo el mejor espejo en el que mirarse  para aprender de montería.

Es Covarsí, sin lugar a dudas, una de las figuras mas populares y representativas de la edad de oro de nuestra montería, uno de los Señores de la sierra, uno de los Grandes de la montería española. Sirvan estas palabras de recuerdo y homenaje a un hombre de raza que consagró su vida a montear.